(…) penalizar a los partidos que, al acceder al poder, no cumplen con lo prometido ni dan razón de por qué no lo hacen.
Está visto que la política institucional se compone de tres grandes pilares; una cantidad ingente de palabrería, una gran dosis de sonrisas y una buena cucharada de cinismo. Unos ingredientes que dan como resultado una forma de hacer política para el pueblo, por el pueblo pero sin el pueblo.
El pasado jueves 21 de julio se celebró el primer pleno ordinario en el Ayuntamiento de La Laguna. Un pleno escasamente reflejado por los medios de comunicación convencionales a pesar de que se trataban cuestiones estratégicas que afectarán al bienestar de los ciudadanos. Entre los temas a tratar en el orden del día estaba la moción promovida por el concejal de la formación Alternativa Sí se Puede, Juan Miguel Mena. La iniciativa perseguía consensuar un pronunciamiento unánime de todos los grupos políticos contra algunos de los proyectos previstos en el municipio como la ampliación del aeropuerto de Tenerife Norte, la instalación de una base militar en sus zonas aledañas y la construcción de la Vía Exterior. Proyectos que afectarían a los espacios agrícolas y ganaderos de la zona de El Coromoto, San Lázaro, Los Baldíos o el Camino de la Villa.
Como no podía ser de otra manera en el teatro de la política a la que nos tienen acostumbrados todos los grupos políticos mayoritarios, sus intervenciones apelaron a los comentarios grandilocuentes habituales, haciendo mención a la transparencia, el respeto y la participación en el marco de una enmienda propuesta por el grupo de gobierno a la moción presentada. Se habló de proporcionar una atención especial a los vecinos afectados por los proyectos e incluso se dijo que se compartían las preocupaciones de esos vecinos. Asímismo, se subrayó la necesidad de que los proyectos no se impusieran desde otras administraciones sino que debían ser el resultado del consenso entre las mismas. Se remarcó también que la información proporcionada por AENA sobre el aeropuerto y la base militar es escasa y no han sido suficientemente explicados como para tomar una decisión en firme sobre la idoneidad del proyecto (Juan Manuel Bethencourt, concejal de Urbanismo de CC. Revista San Borondón. 21.07.11).
Pues bien, después del derroche retórico y de los discursos pomposos y del apoyo que el alcalde de La Laguna había manifestado con anterioridad a los vecinos afectados, todos los grupos políticos del Ayuntamiento de La Laguna salvo Por Tenerife y Alternativa Sí Se Puede votaron en contra de esa moción. Se esfumaba así la primera posibilidad de crear un frente común desde el Ayuntamiento contra unos proyectos caracterizados por contener un elevado impacto en el territorio. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción entre el discurso emitido por los popes de cada grupo político y el rechazo a la moción presentada? Pues simple y llanamente por el cinismo que ha inundado la política canaria desde siempre. El diccionario de la Real Academia Española define el término como la desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. Y esto es lo que se hace a menudo desde unas instituciones políticas que son capaces de mantener un discurso de cercanía y de apoyo a sus problemas al mismo tiempo que lesiona los intereses de esos ciudadanos cuando en la práctica ponen en marcha iniciativas de muy dudosa necesidad social. Y es esta y no otra la base del descrédito que esta forma de hacer política se ha ganado a pulso.
Una práctica que desgraciadamente no es exclusiva de la política canaria. Lo hemos visto recientemente a nivel nacional en el discurso de presentación del Sr. Rubalcaba donde fue capaz de proponer una batería de iniciativas que contradicen lo realizado por el PSOE durante los últimos años. Lo hemos podido ver también en la dimisión de Sr. Camps después de que se destapara el caso Gürtel hace más de dos años y de haber mantenido desde todas las tribunas posibles que se pagaba sus trajes.
Por eso hay que destacar la encomiable y necesaria labor que están realizando los colectivos vecinales afectados por todos estos proyectos como la Asociación de Vecinos Tamarco (Revista San Borondón .21.07.11) que son los que realmente están realizando una labor de defensa a ultranza de los intereses de los ciudadanos de La Laguna. Una tarea gigantesca para unos colectivos vecinales pequeños que debemos apoyar. La verdadera alternativa al modo de hacer política que se impone inexorablemente desde las alturas, solo puede venir de aquéllos que en la base sufren por unas decisiones que se toman con independencia de su participación. Sin lugar a dudas han demostrado argumentar mejor.
Imagen 1: Vista aerea del aeropuerto Tfe Norte.
Imagen 2: Cartel de convocatoria contra la ampliación del aeropuerto Tfe Norte
http://lacasademitia.es/2011/07/el-cinismo-de-la-clase-politica-por-el-oikos/
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