La sostenibilidad presupuestaria en el medio plazo solo puede ser asegurada por un proceso doloroso pero necesario de consolidación fiscal. Los maravillosos datos fiscales entre los años 2001 y 2008 fueron del todo coyunturales y no deben hacernos pensar que podemos saltarnos dicho proceso.
Una lectura del informe de coyuntura económica correspondiente al tercer trimestre del 2012 que publica la CEOE de Tenerife, deja patente varias cuestiones. La primera: quien se aventure a leer las 11 páginas que conforman el documento, podrá constatar de primera mano esa máxima interesada que dice que la economía es una ciencia tediosa y sobre todo aburrida. El documento no deja de hacer una adormecedora sucesión de magnitudes económicas que describen el cuadro macroeconómico canario. Una retahíla sin pausa de indicadores cuyo objetivo, quizás, es precisamente desmotivar a quien lo lee.
En segundo lugar, de la lectura del documento se desprende que la CEOE no deja de ser un organismo más de los que promueven una visión economicista y cuantitativista del presente panorama. Por tanto, portador del discurso económico ortodoxo que domina el pensamiento de las principales organizaciones económicas españolas. Un discurso económico centrado en la contracción del gasto público y en la glorificación de las bondades de la reforma laboral aprobada por el Partido Popular. En este contexto resulta ilustrativo que el informe sea realizado por la compañía de consultoría Corporación 5, propiedad del actual presidente de la CEOE. En el documento se indica que las opiniones vertidas en el mismo, así como los datos, informaciones y previsiones, están suscritos bajo la responsabilidad de dicha empresa y no necesariamente cabe atribuir responsabilidad alguna a la CEOE de Tenerife. ¿La ideología que subyace en este informe es representativa de la opinión de las organizaciones que conforman la CEOE de Tenerife?
Argumenta la CEOE que el incremento de la competitividad interna supone que, una vez que finalice el proceso de ajuste de la demanda interna, el crecimiento volverá y puede hacerlo a tasas relativamente elevadas que permitan una reducción del desempleo (Pág. 7). Pero ese proceso de ajuste al que alude la patronal está basado en una tesis no refrendada por la realidad; que una mayor austeridad traerá más confianza a la economía y esta empleo y crecimiento. Ese proceso de ajuste, por el contrario, está socavando las palancas que se deben accionar para favorecer el crecimiento. ¿Cómo puede volver el crecimiento económico sin que se recupere el consumo privado, sin que se genere inversión y en un contexto de contracción del gasto público? Y sin crecimiento ¿Cómo se puede generar un volumen de empleo suficiente para cubrir el potente incremento que tiene la población activa en Canarias? La patronal olvida, además, que la ganancia de competitividad generada en la economía canaria no se está produciendo a costa de introducir mejoras e innovación en los procesos económicos, sino por medio de la reducción de salarios, que ya son los más bajos del territorio español, y del ajuste de plantillas en las empresas isleñas, es decir, del incremento del paro. Un efecto perseguido por la reforma laboral del PP y que también tiene directa incidencia en el comportamiento de la demanda interna, muy débil en Canarias, tal y como la propia CEOE indica en su análisis. Con una tasa de paro de las mayores de España, reclamar un proceso doloroso pero necesario de consolidación fiscal (pág. 11) basado en acometer una reducción del personal en las Administraciones Públicas canarias (que cifran en 5.000 empleos), no deja de ser un contrasentido que deteriorará más la economía del archipiélago y prolongará su recesión por la vía del consumo. Unas argumentaciones que sitúan a la CEOE de Tenerife como un elemento más del engranaje que compone el pensamiento más economicista y ortodoxo, cuya estrategia no es otra que la de desmontar el sector público autonómico como vía para generar negocio privado. Un negocio que presumiblemente será asumido por los colectivos que integran la organización al mismo tiempo que se difunde la idea de que no hay alternativa posible.
En tercer lugar, resulta sorprendente que desde la CEOE de Tenerife no se hable de cuestiones de tipo cualitativo relacionadas con la innovación, el fortalecimiento del tejido empresarial de la provincia o de trabajar para modificar un modelo económico obsoleto incapaz de generar bienestar, aspectos todos ellos relacionados con la creación de empleo. La reciente evolución del principal sector de la economía canaria, el turismo, lo demuestra. Su positiva evolución en los últimos años y el incremento del gasto de los turistas extranjeros en Canarias que cita la CEOE (11,5%), es insuficiente para relanzar una economía depauperada que, además de mantaner un tasa de paro que llegará al 35% en el 2013, es incapaz de reducir el grado de pobreza y desigualdad ¿Se pueden dar pasos hacia la recuperación con unos indicadores sociales tan deteriorados? ¿No cree la CEOE que la mejora en magnitudes como la desigualdad, la pobreza o el desempleo, son factores fundamentales para la creación de un entorno empresarial en las islas competitivo, moderno y pujante?.
Por tanto, los pasos importantes hacia la recuperación que, a juicio de la patronal tinerfeña, ha iniciado la economía canaria, son un espejismo. Se confunden con una estrategia deliberada para seguir promoviendo reformas que encubren recortes y, de este modo, continuar con un modelo económico que favorece a los grupos económicos más potentes de las islas.
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