domingo, 29 de septiembre de 2013

Prospecciones y nuevo paradigma energético


La actividad petrolera en Canarias no dejará ningún tipo de beneficios económicos en las islas más allá de la actividad portuaria derivada del tránsito marítimo.

No parece que la convivencia del nuevo modelo energético con el establishment vaya a ser pacífica. Y ello debe estar presente en las estrategias de cambio energético (….) El avance de un modelo sostenible depende de la correlación de fuerzas que vaya acumulando frente al viejo modo de producción.

Conviene recordar algunas ideas en tiempos en los que gratuitamente se ensalzan los supuestos beneficios de las prospecciones frente a las costas canarias. Para algunos solo es cuestión de distancia. Curiosa forma de justificar las actuaciones de la petrolera en la era de la Sociedad del Riesgo donde las catástrofes carecen de límites espaciales, temporales y hasta sociales.

Dos son las ideas a destacar, presentes en el libro de reciente publicación Qué hacemos por otra cultura energética. La primera idea tiene que ver con el origen energético de la crisis actual. Antes del descalabro del sistema financiero mundial, de los rescates de países y ciudades, de los problemas con la deuda y las primas de riesgo e incluso del incremento de las tasas de desempleo, se produjo un auge de los precios del crudo hacia el año 2004. El precio del barril de petróleo pasó de 20$ a 40$ y continuó creciendo hasta superar holgadamente los 100$ en el 2007. Dicho incremento tuvo una influencia decisiva en el alza de la tasa de inflación en Occidente. Un movimiento inflacionista que al minorar el valor de las obligaciones de cobro que poseían los principales acreedores de la economía mundial, estimuló una subida de los tipos de interés para combatirla. Esa subida de los tipos fue la responsable del desastre de las hipotecas subprime en EE.UU. en el verano 2007.

¿Por qué se produjo ese crecimiento de los precios del petróleo? Muchas son las razones del cambio de tendencia de los precios del crudo hacia el año 2004 pero todas apuntan a una mezcla explosiva entre el hundimiento de la producción en algunos de los principales campos petrolíferos del planeta, el aumento del consumo de los países emergentes como la India, Brasil o China que se tradujo en un incremento de sus necesidades de energía, las tensiones provocadas por la intervención bélica de EE.UU en Irak y Afganistán, la especulación sobre los precios de las materias primas energéticas….

Es interesante no perder de vista la componente energética de la presente crisis, demuestra la debilidad y dependencia de un sistema de relaciones económicas que descansa en la extracción y suministro de recursos fósiles que son limitados. No es la primera vez, los últimos conflictos bélicos que han ocurrido en lugares como Libia o Malí esconden una lucha por controlar las principales fuentes de extracción y suministro ante un más que probable escenario futuro de escasez de recursos fósiles.

La segunda idea a destacar está relacionada con las posibilidades de cambio que un nuevo modelo energético podría imprimir en la actual estructura productiva. Ese paradigma energético podría estar sustentado en la cultura del ahorro y un menor consumo de energía, donde la ciudadanía tuviese capacidad real de participación, decisión y control sobre la planificación energética que realizan los poderes públicos, donde las fuentes tuviesen carácter renovable y, en fin, donde se incentivara legalmente la descentralización de la energía de forma que la ciudadanía pudiera contar con su propio sistema de generación en aquellos lugares dotados de renovables. Un paradigma que rompería el que existe actualmente, basado en un oligopolio con un enorme poder de influencia económica y política, una concepción de la energía como una mercancía más y un elevado nivel de vulnerabilidad ante conflictos armados desatados en las zonas donde se asientan las mayores reservas del mundo.

El nuevo paradigma energético podría servir para reorientar el actual modelo productivo hacia nuevas actividades económicas basadas en la innovación, el conocimiento y las tecnologías limpias. Actividades que a buen seguro traerían nuevas y masivas formas de empleo y riqueza que podrán ayudar a superar el marasmo económico en el que estamos. Asimismo, podría servir de acicate para transformar ecológicamente los sectores más tradicionales de la economía.

Las prospecciones petrolíferas frente a Canarias suponen alejarnos de esa nueva cultura energética con potenciales efectos transformadores sobre el actual modelo productivo. Una nueva cultura donde las Islas podrían ser pioneras por sus condiciones naturales. Mientras continuemos en este paradigma obsoleto y superado por las circunstancias, los fenómenos de crisis que experimente la humanidad podrán tener manifestaciones económicas, financieras o sociales evidentes pero en origen seguirán siendo energéticas.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Vertidos


La portavoz parlamentaria del Partido Popular de Canarias, Australia Navarro (…) recuerda en una nota a Rivero que está "obligado" a defender, "desde el sentido común y la responsabilidad", el interés general de los canarios y no anteponer su "visión acomplejada y anticientífica" frente a las posibilidades de contar con una nueva economía productiva "capaz de crear empleo y riqueza en Canarias". 

NC propone una consulta popular sobre las prospecciones petrolíferas. 

…los tres mayores vertidos de toda la historia no se han debido a accidentes en barcos petroleros sino a accidentes en plataformas petrolíferas en alta mar.

Hagamos la siguiente conjetura: la movilización social contra las prospecciones petrolíferas en Canarias no da resultado. Supongamos, entonces, que el consorcio de compañías que quieren prospectar el subsuelo en torno al archipiélago de Canarias (Repsol, Woodside Energy Iberia y RWE DeaAG) consigue lo que desea. Imaginemos por un momento que descubren una bolsa de hidrocarburos que confirma sus previsiones más optimistas y, en consecuencia, proceden a desplegar un escuadrón de plataformas petrolíferas a 60 Km de Canarias dirigidas a explotar los yacimientos encontrados. Es más, imaginemos que como resultado de las prospecciones que la petrolera Cairn Energy comenzará a ejecutar en las próximas semanas frente a Marruecos, empiezan a escaparse de las perforaciones unos hilillos de chapapote, como de plastilina, que terminan llegando a las costas de Lanzarote y Fuerteventura ¿Cuál es el plan de contingencia que el gobierno de Canarias está preparando para prevenir un hipotético derrame de crudo? ¿Cuál es la estrategia a aplicar para minimizar el impacto ambiental en caso de accidente grave? ¿Está trabajando con algún ministerio del Gobierno central en definirlo? ¿Quizás con alguna instancia de la UE? ¿Están claros los protocolos de coordinación entre administraciones necesarios para reaccionar con garantías frente a un vertido de petróleo, o viviremos un episodio como en el verano de 2012 con los hidroaviones?. Si ocurre una catástrofe medioambiental de estas características no valdrá para combatirla la expresión ya te lo dije. Aunque le reporte réditos electorales a quien lo dijo, en este caso CC.

Sabemos de la cercanía del ministro de Industria para con los grupos pro energías fósiles. Conocemos también la mayoría absoluta del PP en el gobierno de España y sus autoritarios decretazos. Y por último hemos conocido recientemente que la UE ha aprobado una directiva que permite las extracciones de hidrocarburos en alta mar. Es decir, que la cosa está cruda para evitar las perforaciones salvo que una masiva movilización de ciudadanos independientes lo evite. Ante este escenario ¿Cuenta el gobierno con un plan B? ¿El gobierno autonómico trabaja en un escenario único de confrontación con el gobierno central o también estudia desarrollar acciones preventivas para mitigar el impacto ecológico de un potencial derrame? El Estado español, según el Art. 149.1.23 de la Constitución Española, tiene las competencias en materia de legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección. Lo que significa que la legislación básica le corresponde al Estado pero las autonomías pueden realizar un desarrollo adicional. ¿Se ha pensado, por ejemplo, en un cánon contra el vertido de hidrocarburos?

Ed Burtynsky
El Parlamento Europeo aprobó hace unos meses una directiva en la que imponía a los operadores energéticos que dispongan de capacidad financiera suficiente para asumir responsabilidades en caso de accidente. ¿Es suficiente esta directiva o peca de blanda ante la capacidad financiera de las compañías energéticas y la magnitud, muchas veces no valorable, de una catástrofe ambiental de estas características? No basta solo con tratar de endurecer la trasposición de la directiva a la normativa española, sobre todo si el Partido Popular, como viene siendo habitual, saca el rodillo a pasear en las cortes españolas. ¿No sería lógico y coherente que igual que el gobierno de Canarias se moviliza en Europa con intenso ímpetu para consolidar los derechos del archipiélago como región RUP, se movilice para exigir una Europa más sensible y solvente en términos de políticas de prevención ante eventuales vertidos de crudo? No digamos ya para introducir las energías alternativas en las Islas.

Cuando por unos y otros las prospecciones y toda la problemática del crudo se utiliza exclusivamente como ariete político contra el adversario, buscando réditos electorales, pasa lo que probablemente pasará, que el territorio canario terminará siendo el gran damnificado. En esencia, los unos y los otros, no solo presentan escasa o nula sensibilidad por el medio ambiente. Lo preocupante es su enorme cortedad de miras ante las oportunidades de cambio que podría generar, en el actual modelo productivo de este país a la deriva, un cambio en el modelo energético actual.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Sucesiones; un debate estéril para el ciudadano


Paulino lleva seis años de presidente del gobierno. Le ha tocado una época dificilísima, ha hecho todo lo posible y yo creo que debería pensar en un cambio.
   

Resulta que Ricardo Melchior, que ha estado en la presidencia del Cabildo de Tenerife durante casi tres lustros, a los que hay que sumar otros doce como vicepresidente de dicha entidad, le ha espetado a Paulino Rivero que debe abandonar la presidencia del Gobierno de Canarias. A juicio del Sr. Melchior debe dejar paso a otro en virtud de la renovación, las nuevas ilusiones y otros compromisos. El Sr. Melchior se atreve a hacer extensiva su recomendación a otros mandatarios de las islas que lleven tiempo desarrollando su labor, ya sean estos de su propio partido o de la oposición. Una recomendación extemporánea que además suena a burla; proviene de un caballero incapaz de dejar paso a otros en los cargos desempeñados en dicha institución durante más de un cuarto de siglo.

Archipiélago Machango
Debemos convenir con el Sr. Melchior que el presidente del Gobierno de Canarias debe irse pero por diferentes causas a las mencionadas. Lo debe hacer fundamentalmente porque forma parte de un gobierno que no ha ganado ninguna de las dos citas electorales a las que se ha presentado y, sobre todo, porque ha demostrado sobradamente una incompetencia total para combatir los estragos de la presente crisis. Razonando como Ricardo Melchior podríamos decir que Coalición lleva dos décadas en el gobierno de la Autonomía y ha llegado la hora de dejar paso a otros en beneficio de la renovación.

Por si fuera poco, le sucede en el cargo Carlos Alonso, una persona extraordinaria, según palabras del propio Melchior pero que como va siendo habitual en estos casos (pasó con Díaz en Andalucía, también con Botella en el Ayuntamiento de la capital y con González en la Comunidad de Madrid) no se ha sometido a ningún proceso serio de elección interna para acceder al cargo. Un mínimo de pluralidad y democracia sería aconsejable, pero esta discordancia enseña a las claras lo desviados que están los actuales partidos políticos para servir como herramientas solventes de la soberanía del pueblo y de una verdadera Democracia.

Las declaraciones del Sr. Melchior denotan una cualidad de los actuales partidos políticos que está en el centro de la presente crisis institucional. Estos se han consolidado como instituciones fuertemente jerarquizadas, opacas en su funcionamiento económico, donde la democracia interna brilla por su ausencia y donde el ascenso de las ideas renovadoras por el aparato interno de los partidos es más difícil que el de las personas que sepan tocar las teclas adecuadas; fidelidad a las cúpulas dirigentes, disciplina de partido, oportunismo, favoritismos,…. No parece que la crisis haya cambiado este modo de proceder.

Más allá del estéril y ante todo mediático debate sucesorio, puesto que lo importante no son las personas o las caras nuevas sino las políticas e ideas que definen las maquinarias de los partidos, la gran pregunta que suscitan estos elocuentes episodios es si los partidos políticos son herramientas acreditadas para superar una crisis que ha dinamitado todos los indicadores sociales, sobre todo en estas islas. ¿Pueden los grandes partidos contemporáneos resolver la crisis civilizatoria que nos atenaza cuando la dicotomía Izquierda/Derecha está obsoleta, sus programas ya no contienen grandes diferencias y ni siquiera se respetan?. Es más, el proceso de promoción interna en los partidos ¿garantiza la aparición del mejor individuo posible para luchar contra la crisis y de cuyo trabajo se derivaría la construcción de una sociedad mejor? ¿No ocurrirá lo contrario, que la actual configuración de los partidos es un salvoconducto para avalar el mantenimiento de las actuales relaciones económicas, el presente status quo institucional donde ha desaparecido el conflicto social y político, en suma, la vigente vacuidad de las estructuras partidistas para resolver problemas colectivos pero muy útiles para reproducir una gerontocracia altamente burocratizada que tantos beneficios reporta a algunos?

sábado, 7 de septiembre de 2013

Virtudes ambientales del anillo insular. Lo que faltaba

  
Pero es que además existen estudios, encargados por el mismo Cabildo de Tenerife, que afirman que la puesta en marcha del anillo insular supondría un ahorro en combustible superior a los 60 millones de euros al año. 


En el principio fue la necesidad de crear empleo. Se argumentó que las obras del cierre del anillo insular crearían un importante efecto directo e indirecto en la creación de empleo. Nunca se aportaron datos fiables y honestos de ello… Más tarde dijeron que las carreteras más allá de Los Realejos y del Aeropuerto del Sur necesitaban ser mejoradas, pero reacondicionar y mejorar no es lo mismo que ampliar las dimensiones y la capacidad de la infraestructura. Luego vino aquello de que se facilitaría la movilidad laboral de los ciudadanos de los municipios de la Isla Baja y la zona norte hacia la comarca del Sur de la isla, donde las actividades turísticas han desplazado el eje económico de Tenerife. Sin embargo, no parece que se cree empleo masivo y de calidad en el sur de la isla. Para que exista movilidad laboral es necesario que, primero, se cree empleo. También se argumentó que las obras del anillo insular en la vertiente sur de la isla permitirían unir Santiago del Teide con otras localidades en un tiempo mucho menor al actual. ¿El ingente gasto económico justifica el ahorro de unos minutos en el desplazamiento entre municipios? Y si lo justifica, ¿Por qué es necesario llegar antes?

Obras en los túneles del anillo insular. Diario de Avisos
El último argumento que hemos oído, absolutamente peregrino y basado en un supuesto estudio del Cabildo de Tenerife (institución que siempre ha estado a favor de esta infraestructura), ha sido que el anillo insular produce un beneficio ambiental porque reduce el consumo de combustible. Increíble. Y esto lo dice, sin rubor alguno, Ana Concepción, presidenta del Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife. Ver para creer. La argumentación de la Sra. Concepción (es una manera de llamar a sus declaraciones) es tan fraudulenta que es capaz de asociar dos cosas totalmente contrarias; una infraestructura vial, consumidora de territorio y que albergará más volumen de tráfico privado, con el respeto al medio ambiente. El anillo insular, una obra construida por y para la glorificación del vehículo privado y que, sin lugar a dudas, profundizará la dependencia del petróleo en Canarias, además de incentivar los desplazamientos mediante el vehículo privado. El grado de desvergüenza alcanza cotas denunciables.

Resulta cansino que se acredite la construcción de grandes infraestructuras con el manido y obsoleto argumento de que traerá empleo y riqueza para la región. Una vez y otra también se repite el mismo razonamiento como un mantra. Los grupos que quieren hacer valer sus intereses sobre los de la ciudadanía han destruido las posibilidades de articular un diálogo serio y medianamente razonable sobre los costes económicos reales que contemplaría una gran infraestructura, los beneficios sociales que acarrearía, los impactos ambientales que supondría o quiénes serían sus beneficiarios directos. Una muestra evidente de la catadura democrática de quienes pregonan estos presuntos argumentos y de quienes les dan cobertura mediática (¿Los colectivos contrarios a esta y otras infraestructuras en las islas gozan del mismo espacio mediático que sus partidarios?). Tampoco se hacen previsiones honestas sobre el grado de uso que tendría la obra en cuestión, ni mucho menos se interpela al ciudadano de a pie sobre la conveniencia o no de esa actuación, involucrándolo en las decisiones que les afectan. Lo estamos viendo con Madrid 2020 donde la parafernalia oficial es capaz de decirnos una cosa y su contraria; ¿Cómo es posible que si el 80% de las infraestructuras ya están levantadas se genere empleo de forma masiva para sacar a España del actual atolladero?

Escuchar este tipo de declaraciones a personalidades políticas o empresarios es una demostración palpable de los tiempos que corren, donde la decencia democrática es inexistente. Tiempos absolutamente miserables donde no solo se utilizan argumentos de baja calidad para justificar acciones políticas y/o económicas con efectos devastadores para el ciudadano, no solo se utilizan toda clase de eufemismos para tergiversar y enmarañar las verdaderas intenciones de quienes los emplean, no solo se miente deliberada y descaradamente para satisfacer intereses ocultos. Además de todo eso se extrangulan otras voces o medios capaces de argumentar de forma diferente y con mayor calidad. Lamentable una vez más.