jueves, 10 de mayo de 2012

#12M15M; Superar el déficit democrático

 
Cuando el presidente del Gobierno de Canarias declara en sede Parlamentaria que Coalición Canaria no tiene capacidad para tomar medidas contra el aumento del desempleo, con el Parlamento y el palco mediático de las islas actuando de convidados de piedra, es difícil no indignarse. Cuando el Gobierno español aprueba una amnistía fiscal para todos aquellos particulares y empresas que han defraudado al Estado, rechazando la posibilidad de crear un impuesto para las grandes fortunas y las grandes empresas (responsables del 72% del fraude en España), al tiempo que declara que no hay dinero para servicios públicos y efectua durísimos recortes en áreas clave del bienestar social como Sanidad, Educación, Dependencia o Cooperación al desarrollo (que se suman a los efectuados por el PSOE), es penoso no indignarse. Cuando una entidad como el BCE, en lugar de proporcionar recursos a los Estados, regala dinero público al sector financiero europeo (más de medio billón de €) a una tasa de interés del 1% y con plazos holgados de devolución, y éste lo destina a comprar deuda pública de los Estados a más del 5% en lugar de facilitar que el crédito fluya hacia las Pymes, autónomos y particulares, es imposible no indignarse.

Cuando el grupo de gobierno que ha dirigido la comunidad autónoma de Canarias, ahora CC y PSOE pero en los últimos 20 años CC y PP, mantienen una peligrosa connivencia con el poder económico local que ha culminado en el hecho de que Canarias sea la segunda región de España con mayor número de políticos imputados, es duro no movilizarse. Cuando el gobierno del Partido Popular apela reiteradamente a la política del eufemismo para ocultar o evitar dar explicaciones claras respecto de los recortes en derechos fundamentales que se están acometiendo cada viernes, en un claro gesto de falta de transparencia, es inclemente no movilizarse. Cuando desde las más altas instancias europeas comienza a aceptarse que la austeridad es una vía que lleva al suicidio económico pero de forma perversa se intenta situar el debate en la dialéctica austeridad o crecimiento, en lugar de tomar medidas claras y contundentes para garantizar el bienestar social, la eliminación de las desigualdades y el avance de la transparencia en la eurozona, es despiadado no movilizarse.

Cuando los tres partidos políticos que se han turnado en el gobierno de Canarias afrontan los problemas fundamentales de las islas desde el mismo paradigma económico que nos ha empobrecido (gigantismo, dependencia de combustibles fósiles, turismo masivo, monocultivo productivo…), lo que ha desembocado en un claro deterioro del territorio y en un avance de la desigualdad, es impensable que la ciudadanía no actúe y se organice para poner en marcha propuestas alternativas que traten de superar ese paradigma obsoleto. Cuando ni el actual gobierno de España ni el anterior han sido lo suficientemente valientes para legislar en contra del sector de la banca y a favor de la ciudadanía, mediante la regulación de la dación en pago y de una ley de insolvencia familiar, lo que permitiría el desahogo económico de muchas familias que a pesar de ser desahuciadas continúan cediendo recursos económicos a la entidad acreedora, es doloroso que la ciudadanía no actúe y se organice no solo para exigir la adopción y aplicación de dicha figura jurídica al Parlamento español, sino para paralizar cientos de desahucios por medio de la protesta y de la presión social. Cuando las principales instituciones europeas han sido incapaces, por incompetencia o por intereses, de frenar la especulación de los mercados financieros, es esencial que algunos colectivos ciudadanos se organicen y actúen sensibilizando a la opinión pública de que la especulación se puede frenar, por ejemplo, mediante la adopción de un gravamen contra las transacciones financieras internacionales.

La necesidad de un movimiento como el 15M es incuestionable un año después de su eclosión. Un movimiento que, bajo nuestro punto de vista, es la última expresión reivindicativa y propositiva que culmina una larga práctica de movilizaciones impulsadas por colectivos sociales de toda condición (ciudadanos, ecologistas, pacifistas, feministas, estudiantes.…).

Por eso la movilización prevista para este sábado #12M parte de lo local para aunar un grito más de indignación nacional, que además se hará global porque la movilización se celebrará en más de 160 ciudades europeas. Porque la indignación, la movilización y la necesaria acción alternativa (que en los últimos meses se ha situado en la retaguardia de los barrios, con menos visibilidad mediática pero con mayor producción de iniciativas de cambio social) deben estar presentes en el ámbito local, el nacional y el global. En esos tres ámbitos se detectan claramente las embestidas de un sistema económico-político agotado, junto con un déficit democrático preocupante cuyos artífices no están interesados en resolver. En este escenario solo la capacidad de lucha por el bien común y la justicia social que pueda emanar desde la ciudadanía resolverá la actual encrucijada.

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