“Putos periodistas”
Comentario de un político en la ficción de teatro “19:30”. Una obra sobre la corrupción y la financiación ilegal de los partidos políticos
En la gestión de la esfera pública se hace imprescindible actuar de manera transparente. La transparencia sirve a la sociedad para controlar la actividad de los poderes públicos, evitar los comportamientos corruptos y profundizar en el nivel de democracia que se practica. Un nivel de transparencia bajo en los asuntos públicos es muy susceptible de que desemboque en comportamientos antidemocráticos. Lo hemos visto con la crisis inmobiliaria actual, que ha creado vínculos muy fuertes entre los agentes inmobiliarios y los políticos que tenían la potestad de recalificar terrenos entre los bastidores de la política.
Por esta razón es de recibo destacar las acciones que Wikileaks está llevando acabo en los últimos meses al publicar, con gran repercusión mediática, una cantidad ingente de documentación clasificada por parte del gobierno de EE.UU. En el espíritu de esta acción reside una de las esencias del periodismo, sacar a la luz pública algo que está oculto y que debe ser conocido por la ciudadanía. Su conocimiento mejorará el control que los ciudadanos tienen derecho a ejercer sobre las instituciones públicas y sus gestores. Las reacciones de la clase política ante la filtración de estos documentos ha sido mayoritariamente de repulsa y crítica. Una actitud que evidencia la incomodidad de una clase política que está muy lejos de ser democrática. Ante estas reacciones, nos parece fundamental mencionar cuatro características que resaltan la ausencia de una verdadera democracia en nuestras sociedades:
1º- La aversión a la transparencia. La reacción de la comunidad internacional a los documentos publicados por el portal Wikileaks, muestra la tremenda hostilidad y miedo que la clase política tiene a que se conozca la ingente documentación clasificada. No porque en ellas se haga alusión a cuestiones políticamente incorrectas que puedan deteriorar las relaciones diplomáticas entre países (que también), sino porque demuestra que los autores de los cables y documentación publicados enseñan una conducta en privado que dista mucho de la mantenida en público. Esta hostilidad muestra que hay muchas pautas y declaraciones que se ocultan deliberadamente a la ciudadanía. Ya han saltado a la luz pública las típicas declaraciones que pretenden desacreditar a Wikileaks; Se trata de un ataque a la comunidad internacional, serán considerados terroristas sociales, la seguridad nacional está en peligro. Lo mismo se dijo en los 70 cuando los diarios The New York Times y The Washinton Post publicaron los llamados Papeles del Pentágono que hicieron público el comportamiento del gobierno de EE.UU. en la guerra de Vietnam. El tiempo demostró que ninguna de las declaraciones que intentaron desacreditar los papeles del pentágono se hizo realidad.
2º- El iceberg de las actuaciones públicas. Detrás de las declaraciones, poses políticas más o menos estudiadas y programadas, las estrategias de partidos e incluso la propia justicia, hay todo un entramado de relaciones interesadas ocultas entre partidos políticos o entre éstos y algunas corporaciones privadas. Es aquí donde se dirimen y/o toman una parte importante de las decisiones que afectan a la ciudadanía. Esto es sencillamente inaceptable y revela que se gobierna de espaldas a la ciudadanía.
3º- La democracia es un fraude. Desde el momento en que la transparencia deja de regir las actitudes o actividades de un cargo o institución pública, la primera afectada de ese comportamiento es la institución de la Democracia. La opacidad debería ser incompatible con la democracia ¿Se puede ser democrático sin ser transparente, sin dar cuenta pública de lo que se hace, dice o decide? Lo que se deduce de todos estos comportamientos es que la democracia que practicamos está muy lejos de la Democracia que deberíamos reclamar.
4º- Los políticos, la primera clase que torpedea la democracia. Si se hecha un vistazo breve al ingente material publicado podemos inferir que hay una actitud generalizada por parte de muchos agentes públicos de boicotear el juego democrático. Un boicoteo que se convierte en una verdadera conspiración contra la democracia cuando hay intereses económicos o comerciales en tela de juicio. Los papeles filtrados muestran por ejemplo la escasa voluntad política de muchos líderes mundiales de llegar a un acuerdo multilateral que frente el cambio climático. (Van Rompuy: "Copenhague fue un desastre. Las cumbres del clima no funcionarán". El País. 04.12.2010). O la presunta presión realizada por EE.UU para conseguir archivar el caso del cámara asesinado en Irak José Couso, haciendo desaparecer los cargos que implicaban a los tres militares americanos. ("Los ministros españoles trabajan para que no prosperen las órdenes de detención". El País. 30.11.2010). También, la presunta presión del gobierno americano para acabar con la jurisdicción universal, a raíz de conocer que el juez Baltazar Garzón podía iniciar trámites contra autoridades de EE.UU. por torturas a presos de Guantánamo. (El "antiamericano" Garzón tuvo especial seguimiento. El País. 02.12.2010)
El contenido de los documentos publicados demuestra una vez más lo que tantas veces ha criticado con acierto la novela negra como género literario; detrás de la sociedad de escaparate en la que vivimos, adocenada y anestesiada por el hiperconsumo, existen comportamientos perversos que la corrompen y en cierto modo la sostienen. Es la ciénaga o el pantano, esa masa deforme de comportamientos y actitudes desarrollados por agentes públicos y privados al margen de los canales visibles de la sociedad que favorecen las corruptelas y el envilecimiento de la democracia. Aunque Vicente Verdú escriba que toda esta ciénaga era de esperar y no aporte gran sorpresa (La transparencia de la transparencia. El País. 04.12.2010) es recomendable hacerla evidente para destapar el cinismo con el que se realizan demasiadas declaraciones políticas. Ahora la ciudadanía no tiene excusa para movilizarse en contra de muchas decisiones arbitrarias que afectan a su bienestar y de reclamar con ahínco la transparencia.
Sería interesante contar con algo parecido a Wikileaks en Canarias. Nos ayudaría a hacernos las preguntas correctas: ¿A quién benefician ciertas decisiones que se toman? ¿Qué criterios, datos o informaciones manejan para tomar esas decisiones? ¿Por qué se toman esas decisiones y no otras? Las respuestas a esas preguntas nos daría acceso a conocer de primera mano los bastidores del PSC en la creación de las gestoras para Santa Cruz y Tenerife, cómo fueron las actuaciones de los que tomaron las decisiones y si se produjeron como dicen que se produjeron. ¿Qué interesante sería conocer el modo de adjudicación de las infraestructuras más importantes que han impulsado las instituciones públicas de cada una de las islas? ¿O cuáles son los criterios que llevaron a declarar que esta u otra obra era de interés general? Y qué decir del modo en que pactaron CC y el PP en la anterior legislatura en eso que se llamó el pacto por la gobernabilidad de Canarias. Sería interesante conocer cómo llegaron al reparto de las consejerías y qué acuerdos tomaron para desalojar a la fuerza más votada, el PSOE, del poder. O cómo expulsaron al PSOE del Cabildo de Lanzarote el conjunto de partidos que ahora sustentan su gobierno.
Esperamos con impaciencia la próxima revelación de Wikileaks que al parecer tendrá que ver con un banco americano. No estaría mal que revelara declaraciones y acciones por parte de las grandes instituciones financieras orientadas a regular la economía y el mercado en base a sus intereses, mientras en público siguen identificando la economía de libre mercado como el instrumento para alcanzar el bienestar de las personas.
Foto 1: Logo de WikiLeaks
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