jueves, 3 de marzo de 2011
La energía ciudadana
Inés Sabanés, diputada por Izquierda Unida en Madrid, era muy clara al plantear hace unas semanas la necesidad de alentar una verdadera corriente cívica capaz de actuar desde los ámbitos académicos, científicos, profesionales, sindicales, ecologistas, de la cultura, con los inmigrantes, precarios, estudiantes, dependientes, parados, etc., como expresión de lucha frente a la impotencia que nos conduce al desastre. (Pongamos que hablo de Madrid. Público. 27.01.11). Una corriente cívica que ya existe en Canarias y que está viva. Al menos así lo indican las importantes y numerosas movilizaciones en las que han participado colectivos muy diversos desde el punto de inflexión que supuso la manifestación contra las torres de Vilaflor el 23.11.2003 en Tenerife.
También en Madrid, se convocó el pasado 19 de febrero un encuentro cuyo propósito fundamental fue iniciar un proceso de convergencia ciudadana alrededor de una red de mesas de encuentro cívico. En palabras de sus promotores persiguen encontrar fórmulas para que la participación y la acción política se inserten con naturalidad en la vida de los ciudadanos y ciudadanas, para generar capacidad de transformación real, para que la discusión y la acción se conviertan en fuente de aprendizaje colectivo y de fraternidad. (Convergencia Ciudadana). Creemos que este y no otro es el modelo a seguir si deseamos provocar un verdadero cambio político en Canarias. Un modelo que facilite el encuentro de todos los colectivos posibles para generar un amplio movimiento ciudadano desde abajo. Una corriente crítica que pueda articular un discurso político alternativo a las políticas actuales y con la suficiente fuerza reivindicativa para generar un cambio en las mismas. Con gran clarividencia la diputada comentaba en su artículo que las iniciativas por sí solas y de modo aislado no son motor suficiente de cambio: es preciso trabajar a favor del cambio, crear un movimiento que permita plantear un discurso de regeneración política y de alternativa para Madrid. Un movimiento que a nuestro juicio debería cristalizar en la creación de una formación política que progresivamente sea capaz de atraer votos y ganar cierta influencia en el Parlamento. Esa energía ciudadana debe canalizarse políticamente de algún modo. Un proceso lento que obviamente solo puede encontrar resultados en el medio plazo.
La esencia de estos movimientos está en trabajar con unos mimbres diferentes a los utilizados en la política convencional, alejándose del modo de hacer política de los grandes partidos. El importante nivel de abstención electoral y la desafección política que indican las encuestas, muestran que hay espacio para implantar un modo de hacer política diferente, donde el único objetivo no solo sea alcanzar mayor cuota de poder. El objetivo debe ser profundizar en el grado de democracia, de participación y de bienestar real de la ciudadanía. Por ello estos movimientos pretenden estar soportados por una amplia base ciudadana con las que están en contacto continuo para resolver y conocer los problemas del ámbito local, facilitando y alentando la participación activa de la ciudadanía en la defensa de sus derechos y en la mejora de su calidad de vida. Huir de los personalismos políticos, una estructura de organización reticular apoyada en las enormes posibilidades que proporcionan las nuevas tecnologías y una organización horizontal con ausencia total de jerarquías, son otras de las características más comunes de estos movimientos.
Nos sentimos incómodos apoyando cualquier iniciativa política, sea del color que sea, pero hay que decir que en Canarias hay algunos grupos políticos que han nacido siguiendo este esquema. Han sido el resultado de iniciativas ciudadanas pioneras que tienen como base los colectivos que han impulsado las movilizaciones contra un modelo de desarrollo económico y social claramente injusto, dilapidador de recursos naturales y sobre el que los voceros oficiales no hacen más que propagar que no hay alternativa posible. Con resultados modestos en las elecciones autonómicas del 2007, las de este año suponen una prueba de fuego y es, a nuestro juicio, la única alternativa a la política de corte tradicional instalada en la falta de rotación de candidatos y la ausencia de propuestas originales que solo aspiran a la política del revival, al más de lo mismo, a mantener el actual status quo.
Un modelo, si se quiere ciudadano y participativo, que necesariamente se topará con la injusta y antidemocrática ley electoral canaria que aunque es un muro muy alto, se puede salvar promoviendo una gran colaboración entre las fuerzas políticas de inspiración ciudadana. No hablamos de unir candidaturas, hablamos de alcanzar acuerdos puntuales en los lugares comunes de sus programas para crear un amplio frente, ciudadano, político y alternativo a las políticas de los tres grandes partidos que dominan la tramoya política en Canarias. Quizás pecamos de ingenuos pero no vemos otra opción realista ante una ley electoral que es una auténtica barrera de entrada al parlamento y que urge ser replanteada.
Un frente que necesariamente debe ser progresista ante la derechización de las políticas de todos los grandes partidos canarios y porque esta crisis multidimensional que azota al mundo desde el 2007 es el resultado de sus políticas conservadoras y neoliberales. Modestamente, creemos que los ejes que debería articular ese gran acuerdo serían:
1º- La defensa de lo público y la aplicación de más Estado para resolver el actual desaguisado. Obviamente un Estado más eficiente que sea capaz de impulsar una regulación efectiva orientada a perseguir el interés general y la eliminación de las desigualdades sociales. Hay servicios que solo un ente público puede ofrecer con equidad e igualdad. La ideología capitalista-neoliberal y todo el entramado de actores que la secundan, ha demostrado ser errónea y esta crisis multidimensional es la confirmación. Resolver la actual situación económica mediante procesos privatizadores generará más desigualdad y consolidará a los de siempre.
2º- El impulso de la participación ciudadana en los asuntos públicos a través de fórmulas realistas de democracia participativa. Es preciso abandonar la actual concepción de la democracia donde la participación se reduce a métodos burocráticos propios del siglo pasado y de encontrar nuevas fórmulas de participación efectiva por parte del ciudadano. Las nuevas tecnologías pueden ayudar mucho.
3º- La defensa del medio ambiente y el territorio como base para crear un modelo de desarrollo alternativo al actual. El medio ambiente, el territorio que nos sustenta, es una categoría que escapa a diferenciaciones ideológicas de izquierdas o derechas. Es una categoría base, central, que afecta por igual a todos y por tanto identificable con gentes de diferentes ideologías.
Por democracia, pluralidad y frescura debemos darles una oportunidad.
Foto 1: Molino de viento.
Etiquetas:
Sociedad Civil + Participación
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Interesante pero mientras esperamos a que esas propuestas ciudadanas obtengan el suficiente apoyo como para tener presencia en el parlamento, ¿Que hacemos?
ResponderEliminarNobles propósitos y sin embargo cuan idealistas son....
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
ResponderEliminarSí, quizás son propósitos idealistas pero creo que es más idealista pensar que podemos seguir como hasta ahora. Por eso deben continuar las movilizaciones y el espíritu crítico con las políticas implantadas no debe decaer.