lunes, 11 de marzo de 2013

Prospecciones; una historia coral contra el medio ambiente (y 2)

   
Sería un verdadero dislate tratar de paralizar un proyecto de esta naturaleza cuando se sabe que, de producirse un accidente, las corrientes marinas alejarían de Canarias cualquier hipotético vertido. 


Decíamos que la posición política del gobierno de Canarias, contraria a las prospecciones, derivada únicamente de la confrontación personal entre Rivero y Soria, ha puesto en peligro, en parte, un modelo económico altamente extractivo que reporta grandes ventajas económicas a los grupos de interés mencionados. Estos no están por la labor de perder esos privilegios y por ello se han roto las bases de aquella convivencia armoniosa. Los grupos de interés de Fuerteventura y Lanzarote, que se lucran del modelo masivo que deriva del turismo de sol y playa no están dispuestos a asumir los riesgos de vertido que conlleva la prospección y extracción del oro negro, en el caso de que este exista en cantidad y calidad suficiente. Por otro lado, los grupos de interés que perseveran en mantener un modelo energético basado en los combustibles fósiles, no se imaginan que el petróleo no se extraiga y, además, no se obtenga algún rédito en el proceso.

Ninguno de estos grupos de interés además, parece estar dispuesto ha seguir aguantando al presidente del gobierno de Canarias. Este no pierde oportunidad en trasladarles la responsabilidad del elevado desempleo en las islas a los empresarios por no impulsar la contratación local, hace oídos sordos al adelgazamiento de la administración autonómica que continuamente demanda la patronal, y no pierde oportunidad en regañarles por no invertir en la rehabilitación y cualificación de la oferta turística del archipiélago, algo que habría facilitado el propio ejecutivo con la aprobación de la ley de Medidas Urgentes de 2009.

Oil Spill #2,
Discoverer Enterprise, Gulf of Mexico, May 11, 2010. Ed Burtynsky
Ante esta divergencia y la posibilidad cierta de que el modelo económico desarrollista deje de reportar los beneficios y privilegios que les han aportado hasta ahora, los responsables de las patronales del sector hotelero en las islas capitalinas (Ashotel y Feth) han dado un paso al frente intentando cuadrar el círculo. A principios del mes de febrero comenzaron a vislumbrar por primera vez beneficios derivados de la extracción de petróleo. Si se controlan los riesgos puede ser una actividad buena para el turismo por las eventuales compensaciones que se negocien, vino a decir Jorge Marichal, presidente de la patronal hotelera de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel). Para Jorge Marichal, se pueden establecer compensaciones que se destinen a la promoción turística de las Islas en el exterior, rebaja de tasas aéreas e incluso reducir el precio de los combustibles en los aeropuertos. Opinión que recibió el beneplácito de José Carlos Francisco, presidente de la CEOE de Tenerife, quien apuntó que no es un asunto baladí como para despreciarlo. ¿De dónde saldrían estas compensaciones? Obviamente de un sistema impositivo sobre las extracciones de crudo. Recordemos que el primero que habla de esta posibilidad es José Manuel Soria, hace aproximadamente un año. Ahora, esa opción ha abandonado el terreno de las posibilidades para convertirse en una alternativa real con la propuesta de implantación de un tributo que grave la extracción de petróleo en España.

La postura de las patronales tiene la virtud de lanzar un mensaje a la presidencia del gobierno de Canarias; la estrategia de confrontación contra el gobierno central del PP no está dando frutos en un asunto que la Administración Central considera de interés nacional y donde las vías legales para frenar los sondeos se presentan muy difíciles. Es más, la lucha personal que mantienen Soria y Rivero desde que este le arrebató la presidencia de la autonomía en los últimos comicios, resulta perniciosa para el mantenimiento de los privilegios económicos y políticos de estos grupos de interés. El hecho de que Canarias haya reclamado la bajada de las tasas aeroportuarias y que Soria las rechace, es otra muestra de que el conflicto Soria-Rivero, llevado al ámbito personal, está lesionando los intereses de los grupos de interés que han modelado la economía y la política canaria hasta el momento. Y el responsable es Rivero.

Aprovechando la coyuntura, Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna, se desmarca a finales del mes de febrero de la disciplina de partido con su sí condicionado a las prospecciones petrolíferas, recibiendo el apoyo de un histórico en retirada de CC, Ricardo Melchior. Las condiciones expuestas por Clavijo siguen la línea del argumento de la patronal hotelera. Intentan satisfacer a todos los grupos de interés presentes en Canarias, con la excepción de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Fuerteventura que continúa con una postura contraria a las mismas. Las declaraciones de Clavijo sin embargo, fueron interpretadas como una agresión a los intereses particulares de Fuerteventura por Mario Cabrera, presidente del Cabildo majorero que contraatacó criticando la sinrazón de la construcción del Puerto Industrial de Granadilla y la argucia legal de modificar el Catálogo de Especies protegidas para hacerla posible. Un golpe bajo que demuestra que muchos dirigentes de Coalición opinaban que esta infraestructura era efectivamente un atentado ambiental que tendría consecuencias políticas. Pero la disciplina de partido en CC y los grandes réditos que están obteniendo los grupos de interés en esa infraestructura, garantizaron el silencio cómplice de los políticos nacionalistas en su momento. En todo caso lo que mostraron estas declaraciones es la división interna que existe en CC sobre el asunto del petróleo.

Pero las intenciones que están detrás de las declaraciones de Clavijo van más allá; favorecer los intereses de los grupos económicos del archipiélago y socavar el poder del actual presidente del gobierno. No es casual que Ana Oramas, mentora de Clavijo en el ayuntamiento de Aguere, haya abierto el debate para relevar a Rivero en el gobierno en este preciso instante. Rivero mantiene su hegemonía gracias al único soporte otorgado por los nacionalistas de las islas más orientales en el último Congreso Nacional de la formación, contrarios a las prospecciones. Ese apoyo fue un quid pro quo. Las islas orientales cimentaron la candidatura de Rivero a la presidencia del partido porque este institucionalizaría la oposición a las prospecciones. A cambio, Rivero obtendría el apoyo suficiente para auparse de nuevo con la presidencia de CC y mantener su estatus.

Lo que está ocurriendo en CC es la sustitución de la vieja guardia por la nueva. Esa guardia antigua ya no garantiza el mantenimiento de las plusvalías y beneficios económicos para los grupos de interés. Al contrario, los está poniendo en peligro. Lo que se está gestando es un proceso la destrucción del poder político de ciertas personas en beneficio de otras que piden paso. Entre otras cosas porque a nivel autonómico Rivero no ha ganado nunca unas elecciones y, a nivel nacional, progresivamente CC ha perdido presencia en Madrid en los últimos comicios generales. Pero sobre todo porque Rivero, en su empecinamiento personal por el mantenimiento de su poder dentro de la coalición, encarna un estilo de dirección excesivamente personalista y falto de diálogo con otros interlocutores críticos con su gestión, a los que habría apartado en aras de mantener su poder. Ningún político ha gobernado Canarias durante tres legislaturas consecutivas. Ese es el objetivo de Paulino Rivero. La nueva sabia en el partido, en cambio, permitiría llegar a un acuerdo salomónico para todos los grupos de interés con su sí condicionado al petróleo, lograría mantener el mismo modelo económico desarrollista y clientelar en las islas y, de paso, le harían un favor a José Manuel Soria, eliminando a Rivero de en medio. También es un quid pro quo. En este caso, entre el sector crítico de CC y el ministro de Industria, que sabrá recompensar generosamente a CC si éstos requieren de los populares para mantener el poder en las islas en los próximos comicios. Los perjudicados serían la élite económica local de las islas más orientales y los políticos que gobiernan sus instituciones. Pero al final, qué importan unas cuantas plataformas petrolíferas en las costas orientales de canarias, nuestros clientes no se asustarán por eso. Es de ilusos dar la espalda al petróleo con el 30% de paro utilizando el esquema de pensamiento de Jorge Marichal aunque sea una patraña.

En Coalición no hay postura ambientalista posible respecto a las prospecciones. La prueba es que no han sido capaces de impulsar un modelo de desarrollo basado en tecnología limpia y de bajo impacto territorial en los últimos 20 años. Su carácter interno se lo impide. Rompería la estructura de privilegios que tienen la actual clase económica dirigente en las islas. La posición que estamos viendo por parte del presidente del gobierno autonómico contra las prospecciones no son más que pura palabrería. Se trata de su propia línea de defensa ante la pérdida de su peso político en la formación nacionalista. Es un mero juego de poder. Una cortina que intenta esconder la pugna por el control político de la formación. Las víctimas seguirán siendo el territorio, la posibilidad de implantar un modelo económico alternativo y pionero que saque a Canarias de la crisis, y la gran mayoría de la sociedad canaria. Por cierto, si se preguntan por qué no he mencionado al PSOE, la respuesta es muy fácil, son un convidado de piedra en todo este asunto. En todo caso, en su momento su actual responsable no tuvo ninguna duda en apoyar también las prospecciones.

Desafortunadamente, esto seguirá siendo así hasta que esos grupos de interés y los políticos que les hacen el juego se topen con los límites naturales de las islas. Una pena. Salvo que una potente e independiente oposición ciudadana, consciente de su poder y de las intenciones particulares de todo este elenco, sepa exigir la necesidad imperiosa de otra forma de hacer las cosas antes de que sea demasiado tarde.

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