sábado, 29 de octubre de 2011

La prensa canaria ¿Información o desinformación? (y 2)


¿Al cuánto tiempo te decepcionaste tú del periodismo?, dijo Santiago (…)
A la semana de entrar a La Crónica, dijo Carlitos (…)
¿Y porqué no has dejado el periodismo? Dijo Santiago. Has podido buscar otra cosa.
Entras y no sales, son las arenas movedizas, dijo Carlitos como alejándose o durmiéndose
Te vas hundiendo, te vas hundiendo. Lo odias pero no puedes librarte. Lo odias y, de repente, estás dispuesto a cualquier cosa por conseguir una primicia. A pasarte las noches en vela, a meterte a sitios increíbles. Es un vicio, Zavalita.

Conversación en La Catedral. Mario Vargas Llosa. 1969. Págs. 287 y 288.

La prensa en particular y los medios de comunicación en general, como plataformas cuya principal misión es la de informar con veracidad e independencia sobre lo que ocurre, deben garantizar la pluralidad de opiniones respecto de los temas que preocupan a la sociedad. Por esta razón fomentar la diversidad de opiniones y un tratamiento periodístico dispar sobre los temas más controvertidos es sinónimo de independencia y profesionalidad. En último término esta forma de actuación estaría directamente emparentada con la democracia porque ante todo fomenta el debate. ¿La prensa canaria ha proporcionado un tratamiento plural e independiente a los temas más controvertidos ocurridos en los últimos años, por ejemplo sobre el puerto de Granadilla, los proyectos ferroviarios, la introducción de energías alternativas, los planes generales de ordenación y demás cuestiones que afectan a la ciudadanía en su totalidad? Es más ¿Proporciona un tratamiento objetivo sobre la actual situación económica cuando de una lectura atenta de la prensa parece deducirse que solo podemos salvar la crisis económica a base de recortes en el gasto público? (La manipulación mediática en apoyo de la sabiduría convencional. Vicenç Navarro. ATTAC. 23.10.11)

También resulta imperativo que el periodismo en general y la prensa en particular ejerza una función incisiva y de denuncia ante las tropelías que cometen, entre otros, aquellos poderes que pretenden conspirar, no cabe otra palabra, para beneficiar sus intereses particulares y perjudicar los derechos de la ciudadanía. El ejercicio de un periodismo crítico y punzante, en alusión a ese Cuarto Poder tantas veces mencionado que serviría para contrapesar al resto, es un indicador más de la calidad de la democracia que existe en un país.

La sensación que se advierte, bajo el punto de vista de este observador, seguramente no exclusiva del ámbito canario, es que cuando se acude a otros canales de información en Canarias (los hay, muchos de ellos vinculados a las redes sociales) se obtiene una visión más veraz y/o equilibrada de lo que está pasando en la realidad. Al menos se hacen eco de noticias, opiniones o sucesos alternativos que en la prensa convencional no aparecen, por espacio, por ideología o por intereses y que aportan luz a la hora de entender lo que nos ocurre.

En su último libro, La explosión del periodismo, Ignacio Ramonet nos dice que los medios de comunicación convencionales ya no satisfacen los imperativos de un periodismo de calidad. Según el periodista, el mundo de la información está inmerso en una potente crisis de identidad que probablemente termine por cambiar las bases de la información. Situando el fenómeno de internet como la bomba que ha dinamitado todos los paradigmas de la información, sumado a la crisis de ingresos publicitarios, el periodista menciona algunas causas adicionales que han originado esta encrucijada.

En primer lugar, lo que él llama la dictadura de la urgencia, esto es, los continuos y rapidísimos cambios que se suceden en el mundo y la necesidad de informar de todo ello a la mayor brevedad, obstaculiza que el periodista pueda realizar un trabajo de calidad, en el sentido de poder editar, contrastar y confirmar la noticia con total solvencia. En segundo lugar, la multiplicación de mentiras o semi verdades en algunos mass media, reflejando que los propios medios convencionales no están respetando las directrices de un periodismo de calidad. Una cuestión central porque indica que son éstos los que están erosionando su credibilidad, su valor de mayor importancia, cuando dentro de sus consejos de administración intervienen determinados grupos económicos o políticos con ciertos intereses. En tercer lugar, el desarrollo de las nuevas tecnologías, las comunidades de internautas, las redes sociales y demás innovaciones de principios de siglo han permitido la posibilidad de practicar un periodismo de calidad. Cuando ciudadanos anónimos han sido capaces de desmontar auténticas patrañas urdidas por el establishment político-económico que han sido vendidas a la opinión pública como verdades inapelables, derribado dictaduras históricas y denunciado injusticias de toda índole, es claro que no solo no nos cuentan lo que ocurre, nos cuentan lo que interesa que sepamos, ocultándonos muchísimas otras cuestiones de máxima importancia. Una demostración fehaciente de que la prensa convencional ha abandonado el sentido cívico, la crítica y el coraje que se suponen elementos imprescindibles de un periodismo de calidad.

El autor propone la creación de un Quinto Poder (El quinto poder. Ignacio Ramonet.. Le Monde Diplomatique. Octubre 2003) articulado mediante la creación de un observatorio de medios de comunicación que permita disponer finalmente de un arma cívica, pacífica, que los ciudadanos podrán utilizar con el fin de oponerse al nuevo superpoder de los grandes medios de comunicación masiva. Un observatorio dirigido a ampliar el campo democrático evitando que los grupos mediáticos lo restrinjan y reduzcan. ¿Es necesario un instrumento de esta clase en Canarias?

Ramonet denuncia que es urgente desarrollar una reflexión sobre la manera en que los ciudadanos pueden exigir a los grandes medios de comunicación mayor ética, verdad, respeto a una deontología que permita a los periodistas actuar en función de su conciencia y no en función de los intereses de los grupos, las empresas y los patrones que los emplean. La ciudadanía, en Canarias también, debe demandar un periodismo de calidad. Es una de las condiciones para disfrutar de una democracia sin concesiones.

1 comentario:

  1. http://www.lacasademitia.es/2011/10/la-prensa-canaria-¿informacion-o-desinformacion-1-y-2-por-el-oikos/

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