sábado, 17 de diciembre de 2011

Canarias; entre la violencia y las guerras climáticas (I)


Hemos visto la disminución del peso del dólar, la desintegración de los sueños europeos, la carrera armamentística en Asia y la parálisis del Consejo de Seguridad de la ONU cada vez que se amenaza con un veto; ¿acaso no indican todas estas cosas que estamos entrando en terreno desconocido, en un mundo agitado, y que, en comparación con él, la visible alegría de los clientes que salen de una tienda Apple con un dispositivo nuevo resulta, no sé, tonta y sin importancia?


Sombrío porvenir el que dibuja Harald Welzer, en su texto Guerras climáticas. Pronostica un recrudecimiento de la violencia en el Planeta Tierra como resultado de la intensificación de las consecuencias del cambio climático. La modificación de las condiciones de vida en los ecosistemas por el deterioro de sus capacidades para albergar vida, producto de unas relaciones económicas que impulsan el cambio climático, incrementará la tensión entre actores locales y/o internacionales por controlar esos recursos que escasearán cada vez más. Estas tensiones contribuirán a modificar los débiles equilibrios existentes en determinadas zonas del mundo, muchas de ellas con alto grado de inestabilidad política y grandes carencias sociales. La ruptura de estos frágiles equilibrios derivará en conflictos violentos que serán una constante en un futuro muy próximo. Ya hay ejemplos claros como los conflictos bélicos en Darfur o el genocidio de Ruanda, aunque nadie les preste atención porque no modifican los intereses geopolíticos y energéticos de las grandes potencias que se reparten el Planeta, como si de una tarta se tratara. Otros como los conflictos en Irak o en Libia han sido hábilmente vendidos a la opinión pública como intervenciones para derrocar dictadores.

Cabe preguntarse cuál es la posición de Canarias en este escenario que describe el autor y cuáles serían las consecuencias socioeconómicas que sufriría ante un futuro deterioro de las condiciones climáticas y/o ante un eventual estallido de la violencia en el planeta. Sin ánimo de ser exhaustivos, lo que sigue es una breve cartografía de lo que puede traernos un mañana convulso:

1. Unas islas que refuerzan el cambio climático con su alta dependencia de combustibles fósiles.
La generación de energía a través de la combustión del petróleo y sus derivados alcanza en las Islas Canarias un 95%. Esto significa que la dependencia de la economía canaria de este combustible fósil es total. Por esta razón y otras muchas relacionadas con las condiciones de seguridad, las intenciones de la élite política que detenta el poder en las islas y de cierta clase empresarial de introducir el gas, no solo no se traducirá en una disminución de las emisiones de CO2 a la atmósfera sino que permitirá que el suministro y la evolución del precio de este combustible siga los mismos patrones de comportamiento que los del petróleo. Su estabilidad dependerá de las condiciones geopolíticas de los países que cuentan con reservas en sus entrañas, principalmente Nigeria o Argelia en el norte de África. Unas reservas que también para el gas natural son limitadas lo que se ignora deliberadamente porque detrás de estos proyectos solo existe la posibilidad de obtener plusvalías. Mientras tanto, se obstaculizan otras formas posibles y más limpias de generación de energía al tiempo que la atmósfera canaria aumenta las concentraciones de gases de efecto invernadero, causante principal del cambio climático. Mientras, nuestro presidente del gobierno de Canarias, el Sr. Paulino Rivero, no deja de repetir que en 2015, Canarias será capaz de generar el 30% de la energía bajo fórmulas renovables. Las toneladas de mentiras que se dicen en estas islas asombra.

2. Unos responsables políticos aferrados a estrategias históricamente caducas.
El regreso a la escena mediática de la posibilidad de realizar prospecciones petrolíferas a 50 Km de Canarias, nos muestra a las claras los presupuestos caducos que aún en pleno siglo XXI continúan aplicando una clase política cuya preparación para afrontar los grandes retos que se avecinan deja mucho que desear. Las palabras del Señor Bravo de Laguna, presidente del Cabildo de Gran Canaria, sobre esta cuestión, evidencian una miopía absoluta: Deberíamos estudiar racionalmente una posible, hipotética explotación si hay recursos naturales que puedan ser explotados en las proximidades de nuestras islas sin que ello afecte para nada ni al medioambiente ni al turismo. Sentimos curiosidad por conocer qué normas de seguridad implementará el Sr. Bravo de La Laguna para mitigar los efectos de las prospecciones en el entorno natural o en el turismo. En la era de la Sociedad del Riesgo, decir que se puede garantizar la seguridad es desconocer los riesgos que implican los desarrollos tecnológicos actuales, demostrando que se vive aún en la primera mitad del siglo XX. Inaugurada en 1983 con la tragedia de Bhopal, la Sociedad del Riesgo se caracteriza porque determinadas decisiones pueden implicar riesgos que son incontrolables, incuantificables, indeterminables e inatribuibles, como han demostrado los accidentes de Fukushima en Japón o el escape de crudo en el Golfo de México. Convendría no olvidar que las catástrofes sociales empiezan allí cuando se toman decisiones que van en la dirección equivocada (Harald Welzer dixit en Guerras climáticas. Pág 244). Las declaraciones de los políticos canarios adolecen de utilizar los mismos esquemas de pensamiento que han abocado a la Humanidad al desastre; apropiarse de recursos fósiles limitados mientras se desdeñan interesada e irresponsablemente otras opciones sostenibles de generación de energía.

Las declaraciones del representante del PSOE en Fuerteventura, Juan Bernardo Fuentes, comete los mismos errores; (…) Si se van a autorizar (las prospecciones) prefiero que las explotemos nosotros a que lo haga el reino de Marruecos. (…) pero tenerlas ahí explotándolas otras personas cuando el riesgo es el mismo pues prefiero que lo hagamos nosotros por dos razones, porque el nivel de salubridad sería más exigible y estaríamos mucho más garantizados a nivel de seguridad, y porque económicamente beneficiaría mucho más. Los últimos grandes accidentes relacionados con la energía han ocurrido en territorio de naciones democráticas. En estos casos se suponía que las garantías y los protocolos de seguridad respetaban los más altos estándares. No ocurrió así. A posteriori, se demostró que las compañías que operaban estas actividades, ahorraban costes dejando de respetar determinadas garantías que tenían incidencia directa en la seguridad de los trabajos. Lamentablemente los recortes también llegan a los protocolos de seguridad. Además, en la era del riesgo global, los sistemas de evaluación de esos riesgos caen en manos de individuos que no tienen incentivos para realizar una valoración realista y objetiva de los mismos. Al contrario, son individuos cuyas valoraciones están sesgadas por los intereses económicos o estratégicos de las compañías para las que trabajan. Convendría que alguien se lo comentara al señor Bernardo Fuentes. Por mantener e impulsar propuestas superadas por las circunstancias actuales que las hacen inservibles para el bien común, aunque muy lucrativas para algunos intereses particulares y por su incapacidad manifiesta de pensar a largo plazo, nuestros políticos se convierten en una auténtica amenaza para el futuro de las islas.

3. Proximidad a zonas con alta probabilidad de sufrir estallidos de violencia.
La situación geográfica de las Islas Canarias es un privilegio que otorgó la naturaleza en tiempo inmemorial y que se traduce en el disfrute de un clima amable, ventaja competitiva frente a otros destinos turísticos. Pero igualmente puede ser una debilidad. El norte de África, con países inestables políticamente como Mauritania, Argelia, Libia, Túnez, Egipto o el mismo Marruecos a unos 100Km de las costas canarias, sitúa a las islas en la zona geopolítica de influencia con un gran riesgo de conflictos bélicos. El papel desempeñado por China a nivel global, convirtiéndose en la gran factoría mundial ha provocado que haya pasado a importar grandes volúmenes de energía. En su empeño por continuar apuntalando su modelo de crecimiento, el Gran Dragón oriental no dudará en competir por los recursos naturales del planeta (petróleo, madera, cobre, hierro, níquel, aluminio, carbón, oro, diamantes…). Y esto se detecta en el desembarco de China en el continente africano, financiando la construcción de infraestructuras al tiempo que se apropia de sus recursos naturales. Los movimientos de EE.UU. para contrarrestar el poder geoestratégico del gran país oriental en el continente, originará tensiones de envergadura que pueden situar a la islas en la tesitura de apoyar una eventual intervención de la OTAN a través de la participación de España. Bajo este escenario, Canarias puede ser utilizada como plataforma militar, como punto de escala de operaciones bélicas en el continente negro, como centro de aprovisionamiento de los países integrantes de la OTAN, o como cualquier otra utilización oportunista de orden bélico. Un escenario que tendrá importantes afecciones en el medio natural canario y en su principal actividad económica, el turismo. Bajo estas circunstancias la vida en Canarias sufrirá un cambio de proporciones aún no cuantificadas.

4. Intensificación de la lucha por los recursos.
La guerra climática iniciada en el norte africano, convenientemente vendida en los medios de comunicación como una guerra para derrocar a un sátrapa (Gadafi), fue un conflicto desatado para el control de los recursos petrolíferos en la zona por parte de Occidente. A buen seguro estos enfrentamientos se recrudecerán en lo sucesivo. Interpretados hasta el momento de manera positiva por unos medios de comunicación cortos de miras y una clase política obsesionada con proporcionar noticias positivas, los últimos conflictos en los países norteafricanos han mejorado los indicadores turísticos de este año 2011 en Canarias. Pero de igual modo que han traído prosperidad en la ortodoxa interpretación de la economía dominante, cuanto más turistas mejor, cabe una interpretación responsable poniendo de manifiesto el incremento en la presión que sufriría el territorio canario como resultado de la llegada masiva de turistas ante el mantenimiento de una economía de guerra en los países árabes. La posibilidad del inicio de las prospecciones petrolíferas en las aguas limítrofes con Marruecos, la opción de construir una central nuclear en el país árabe, etc, caen dentro de la lucha por los recursos que el sistema económico imperante obliga ante las enormes necesidades de energía que requiere y que tendría consecuencias sobre el archipiélago.

5. Canarias como receptora de migraciones masivas.
A medida que la intervención de China y las naciones occidentales en el continente africano genere transformaciones en forma de desplazamientos de personas por proyectos de infraestructuras, agotamiento de recursos, masificación de entornos urbanos, conflictos bélicos, etc, se producirán movimientos masivos de gente que buscarán huir de unas condiciones de vida cada vez más deterioradas. Las Islas Canarias, puerta trasera de ese proyecto económico y político que es la UE, son el paraíso del bienestar y el turismo para ciudadanos africanos receptores de las imágenes difundidas por los medios de comunicación, las agencias de publicidad y las compañías turísticas. A unos 100km del continente negro y bajo circunstancias de supervivencia, no dudarán en optar por la migración como ya se ha producido de forma masiva hace unos años y se mantiene en forma de goteo continuo en la actualidad. Una masiva llegada de inmigrantes, mantenida en el tiempo traerá consecuencias para las islas que irán desde las naturales por la presión sobre el territorio, las sociales por la llegada de forma ilegal de ciudadanos de los países africanos y las políticas, por la radicalización de ciertos discursos partidistas relacionados con la estigmatización del que viene de fuera. Unas consecuencias con evidente influencia en la vida de la población canaria.

En lugar de optar por una huida hacia delante, cabe pensar en qué podemos hacer para revertir o al menos mitigar las consecuencias socioeconómicas que traerá el cambio climático en marcha.

Fotografías de Carlos A. Schwartz pertenecientes a su trabajo Panorámicas (2006) publicadas en su web. Agradecemos que nos permita publicarlas como acompañamiento al texto.

1 comentario:

  1. http://www.lacasademitia.es/2011/12/canarias-entre-la-violencia-y-las-guerras-climaticas-por-el-oikos/

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