viernes, 23 de marzo de 2012

NO a las prospecciones petrolíferas

  
Cuando el gobierno de José María Aznar propuso el plan para gestionar los recursos hídricos existentes en España, materializado en lo que se llamó el Plan Hidrológico Nacional (PHN), muchos colectivos sociales y ecologistas salieron a la calle en señal de protesta. Entendieron que dicho plan lesionaba gravemente las existencias hídricas que disponía España, además de suponer un enorme e indecente negocio para las principales empresas constructoras españolas. Un negocio que también suponía desequilibrar en favor del levante español la relación entre los territorios secos de la España interior, escasamente vinculados al boom inmobiliario y la pujante zona de la costa mediterránea que, al calor de la burbuja inmobiliaria, requería nuevos aportes de recursos hídricos. El PSOE, ante el clamor popular que se desató contra el PHN, supo capitalizar ese descontento masivo y ampliamente argumentado. En la campaña electoral del 2004 no dudó en declarar que si llegaban al poder derogarían el PHN. Así lo hicieron y lo sustituyeron por un plan de construcción de 51 desaladoras que además de sustituir el problema de la escasez de agua por más gasto energético ha supuesto un fracaso monumental. De las 51 plantas previstas en el plan, solo están construidas 17 y además solo funcionan al 16,45% de su capacidad. Por tanto ni se ha resuelto el problema del agua ni el gobierno del PSOE fue capaz de proponer un plan serio de ahorro de uno de los recursos más escasos e importantes que existen en el planeta, el agua. Sin embargo, si supo capitalizar electoralmente ese descontento social.

Campaña de Ben Magec-Ecologistas en Acción
Igual modo de razonamiento podemos aplicar para el caso de la guerra de Irak. La enorme movilización popular que desató la intervención por parte de España en dicho conflicto, fue hábilmente capitalizada electoralmente por el gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero. Sus desplantes al gobierno de George Bush fueron ampliamente criticados en la prensa conservadora, igual que sus declaraciones a favor de un pacifismo de pandereta al que se le trató de dar empaque político mundial a través de aquello que se llamó la Alianza de Civilizaciones. Y sin embargo, al final de su legislatura decidió intervenir en una nueva versión, más moderna y liderada por Francia, de otra guerra por el control de los recursos del planeta, al participar en el derrocamiento de uno de los dictadores largamente consentidos por Occidente; la intervención en Libia y el consiguiente asesinato de Gadafi.

En Canarias, hay que recordar el intento de CC de atesorar el descontento ciudadano alrededor de la instalación, por parte de Unelco, del tendido eléctrico a través de las cumbres de Vilaflor en la isla de Tenerife. Famosas son las imágenes de Ricardo Melchior, ex-dirigente de Unelco y actual presidente del Cabildo tinerfeño, saliendo de la ya mítica y masiva movilización del 23 de noviembre de 2003, ante el abucheo generalizado de una ciudadanía que entendió la doble moral de un señor y de un partido político que eran los artífices de tal proyecto.

Lo que ponen de manifiesto estos ejemplos es que la clase política tiende a decir, declarar y manifestar lo que sea con tal de capitalizar cualquier movilización popular masiva sin que esas posiciones se vean luego ratificadas con hechos que las consagren. El leitmotiv de estos comportamientos es el potencial caladero de votos que suponen estas iniciativas o, al menos, alcanzar una mejora en la imagen pública de la formación política ante un amplio sector de la ciudadanía.

Interpretación del dibujante Ramón sobre las prospecciones en El País
Y con el no masivo a la autorización de las prospecciones petrolíferas del presente gobierno del Partido Popular se está viendo claramente. Sorprendentes las declaraciones en defensa del medio ambiente del Presidente del Gobierno de Canarias, totalmente contrarias a la política que CC ha implementado durante casi 20 años. Sorprende el casi total silencio del PSOE ante este tema, después de que José Miguel Pérez, declarara en la precampaña de las autonómicas que no entiendo la oposición a las prospecciones petrolíferas. Yo solo veo ventajas tanto en seguridad como en cooperación. El tándem de gobierno CC-PSOE ha descubierto que su retórica ecologista, aderezada con ciertas dosis de independentismo nacionalista, les puede congraciar con cierta parte del electorado. Por eso es muy probable que también se movilicen contra las prospecciones este sábado 24 de marzo. Va a ser interesante y hasta divertido ver a personajes nefastos para el medio ambiente canario como Domingo Berriel, exconsejero de Medio Ambiente y actual consejero de Ordenación Territorial e Infraestructuras quien llegó a declarar en una ocasión que hoy día los movimientos ecologistas no tienen ya la función o el interés que podían tener en el pasado (….) el movimiento ecologista tiene menos función que antes, en cuanto que en la mayoría de la conciencia de los ciudadanos ya está la sostenibilidad.

Por estas razones la movilización de la ciudadanía canaria contra las prospecciones petrolíferas debe ser una movilización independiente. Al margen de cualquier hipócrita y cínica posición mantenida por los partidos mayoritarios que dominan la tramoya política en las islas. Deben ser unas movilizaciones contundentes porque contundentes son los argumentos, no solo para denunciar una decisión autoritaria que lesiona los intereses económicos, sociales y ambientales de Canarias, sino porque junto al NO al petróleo en Canarias debe ir en paralelo una reivindicación sólida de implantar un nuevo modelo económico y de desarrollo para las islas. Un modelo que inexorablemente debe estar basado en la defesa del medio natural, en el impulso definitivo de las energías renovables y en el fomento de la participación ciudadana en todos aquellos asuntos de vital importancia para los intereses de los canarios.

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