domingo, 23 de junio de 2013

Desigualdad y pobreza en Canarias (I)

  
…estamos cada vez más lejos de la igualdad de oportunidades que los canarios merecemos; y no por errores de los distintos gobiernos de Canarias, que han multiplicado esfuerzos a pesar del estrecho margen presupuestario, sino por la ausencia de una verdadera política de Estado con el territorio más alejado y frágil. 


Vincular la pobreza y la desigualdad a la desatención de Canarias por parte del Estado español, como ha hecho hace unas semanas el presidente del gobierno de Canarias, es reduccionista. Muestra una sola de la multitud de dimensiones que tiene el fenómeno y, por supuesto, refleja la parte que más le interesa al ejecutivo de cara a exonerar su responsabilidad ante la magnitud del drama.

La desigualdad social y la pobreza son dos conceptos básicos en Sociología que además están estrechamente relacionados. Aunque es posible poner coto a la pobreza sin reducir la desigualdad, lo cierto es que conviven ambos fenómenos en muchas sociedades. Olvidados durante las épocas de expansión económica porque quedan ocultos bajo los indicadores de opulencia, lo cierto es que en épocas de vacas flacas estos términos hacen acto de presencia de nuevo en el palco mediático. Lo que prueba la permanencia de su existencia y también su agravamiento. Este comportamiento es en parte lógico, tanto la desigualdad como la pobreza son dos aspectos consustanciales al Capitalismo. La lógica de reproducción capitalista implica la acumulación del capital a base de privilegiar los procesos de concentración de la riqueza, que es, precisamente, la otra cara de la desigualdad y la pobreza. En una época donde se subvierte el contenido de algunos conceptos, para utilizarlos de forma tendenciosa, conviene precisar ambos términos para evitar que nos vendan la moto para luego analizar someramente qué pasa en Canarias.

Población en riesgo de pobreza
Uno de los principales factores explicativos de la desigualdad social es la desigualdad económica o de rentas y hace referencia a la disparidad de ingresos que se puede detectar en un colectivo, región o país. Al hablar de disparidad de ingresos estamos haciendo referencia a cómo se distribuye la renta entre los diferentes actores de la sociedad. En general, existen dos grandes modos de distribuir la renta que se genera en un sistema económico. Por un lado, la distribución primaria de la renta es la que resulta en el sistema económico al retribuir los factores de producción (en general, Capital, Trabajo y Recursos) según sea su aportación al sistema productivo. Se trata, por tanto, de la distribución de ingresos que genera el propio funcionamiento del mercado una vez que ha asignado lo que se produce según los precios, la dotación de factores disponibles y los tipos de actividad que se ejecutan.

Por otro lado, la distribución secundaria de la renta o redistribución de la renta viene a ser un segundo proceso de reparto de la renta. Este segundo reparto lo ejecuta el Sector Público y consiste en permitir un mayor o menor nivel de consumo a los agentes económicos según su aportación al sistema productivo. Para ello el Sector Público, en el ámbito local, nacional o internacional, utiliza las herramientas fiscales que tiene a su alcance; impuestos, transferencias, subsidios de desempleo, pensiones, etc. Se trata por tanto de equilibrar los niveles de ingreso de cada colectivo, región o país en base a criterios de justicia, cohesión e igualdad social.

La pobreza también es un aspecto complejo. Muestra la dificultad de los individuos para acceder a los bienes y servicios esenciales que les garanticen una calidad de vida digna y un desarrollo personal y social satisfactorios. El principal factor explicativo de la pobreza es la existencia de una renta insuficiente derivada de la ausencia de empleo o de una retribución escasa del mismo.

Por tanto, tenemos varios conceptos íntimamente relacionados. La pobreza y el nivel de renta por un lado, y la desigualdad y la distribución de la renta por el otro. Conceptos que nos llevan a otros dos más generales que son clave; la estructura productiva del mercado y las políticas redistributivas. ¿Cuáles son las características más relevantes del mercado en Canarias? ¿Qué medidas redistributivas han llevado a cabo los diferentes gobiernos de Canarias en los últimos 20 años?

Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos decir que el mercado en Canarias se caracteriza por promover una estructura productiva excesivamente dependiente del ciclo económico, donde la creación de empleo está vinculada a altas tasas de crecimiento del PIB. Es, además, un mercado de monocultivo, es decir, centrado exclusivamente en actividades masivas como el turismo de sol y playa, la construcción o las actividades inmobiliarias, desdeñando otras actividades de mayor valor añadido como las relacionadas con la industria de las energías renovables, el medio ambiente, la cultura, o el turismo de calidad alejado del concepto del todo incluido. A destacar la enorme actividad informal que se genera al margen de los cauces formales de la economía, la baja inversión en I+D+i o en la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Por tanto, tenemos un mercado con un alto nivel de precarización y temporalidad laboral y una baja cualificación de su capital humano. Lo que se materializa en una elevada tasa de desempleo difícil de combatir, y en un salario medio anual de los más bajos del territorio nacional.

Una estructura productiva que destaca también por una alta concentración de rentas en manos de pocas familias que, a su vez, debido a su poder económico, tienen una gran influencia sobre las decisiones políticas de calado que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos de las Islas. ¿Qué ha hecho el gobierno de Canarias para modificar esta estructura productiva que es la responsable de una distribución primaria de la renta tan desigualitaria y unas rentas laborales tan bajas? ¿Quién decide lo que se produce y cómo se produce en las Islas? ¿Dónde están los esfuerzos del gobierno canario para cambiar un modelo económico tan injusto, desigual e impactante medioambientalmente?

En cuanto a las políticas redistributivas llevadas a cabo por el gobierno de Canarias, hay que decir que se caracterizan por su extrema debilidad. Por un lado, las políticas sociales no han logrado crear una red de protección social suficientemente asentada frente a la existente en otras comunidades españolas. En Canarias, sobresale un sistema de garantía de ingresos fragmentado, con una cobertura sobre los más vulnerables muy desigual y donde el nivel de gasto social que nos correspondería por nuestro nivel de renta es insuficiente.

Eneko
Por otro lado, Canarias despunta por mantener un sistema fiscal escasamente progresivo, incapaz de detraer proporcionalmente más rentas a los que más tienen y menos a los que menos tienen. Una política que se puede ejecutar modulando los tramos autonómicos de cada impuesto o creando otros capaces de gravar a los colectivos más pudientes. La aplicación, con un seguidismo exacerbado por parte del gobierno de Canarias, de las políticas de austeridad que desde el gobierno central se han ejecutado de forma indiscriminada, ha tenido un efecto demoledor sobre aquellos colectivos de la sociedad canaria más vulnerables. La virulencia del ajuste fiscal promovido por Europa y España ha supuesto en la autonomía grandes recortes en sectores como la Sanidad, la Educación o la Dependencia. Sectores que, antes de los recortes, contaban con importantes deficiencias de calidad en su funcionamiento que se han transformado en crónicas después de estos. Los damnificados han sido las capas menos pudientes de la sociedad, que son las que más se beneficiaban, precisamente, de la utilización de los programas sanitarios y educativos. El resultado de la ausencia de políticas redistributivas equilibradoras ha sido que los colectivos más pudientes siguen manteniendo sus privilegios económicos y políticos, y aquellos sectores de la sociedad más débiles seguirán hundiéndose económicamente. La brecha entre unos y otros continuará creciendo y en este fenómeno el gobierno de Canarias tiene una responsabilidad directa porque ha renunciado a redistribuir la renta.

Las transferencias económicas que recibe Canarias desde instituciones públicas también forman parte de las políticas de redistribución. Dice Rivero que el archipiélago ha sufrido una reducción de la inversión española en obra pública. Pero no es menos cierto que desde instancias europeas han entrado una cantidad no despreciable de recursos bajo el amparo de las políticas RUP. Transferencias económicas empleadas mayormente en el desarrollo de infraestructuras de transporte y energía de dudosa utilidad social y con una gran huella medioambiental. Una transferencia de recursos efectuada sin la adecuada evaluación de su impacto sobre la cohesión social y sin valorar su eficacia redistributiva. Pero que sí han reportado grandes beneficios económicos a los grupos empresariales de esos sectores. Lo que les ha servido para consolidar su poder de influencia política en las Islas. ¿Por qué no se han orientado estas transferencias hacia la inversión en la economía del conocimiento, en innovación o en desarrollo empresarial?

La caída de la financiación autonómica, la reducción de la inversión en obra pública y la cancelación de la aplicación de algunos incentivos económicos que contempla el REF, son factores que pueden haber afectado al incremento del diferencial de rentas entre Canarias y el resto de CC.AA. Pero lo cierto es que las causas del incremento de la desigualdad y la pobreza en las Islas hay que imputarlas en gran parte al ejecutivo canario. Durante los periodos de bonanza económica es cuando se debe trabajar por la reducción de las desigualdades sociales. Y Canarias es un caso ejemplar en no ejecutar esa tarea cuando lo tenía que hacer. La consecuencia en una etapa de profunda crisis es la cronificación de los índices de desigualdad y pobreza que es lo que tenemos en la actualidad.

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