miércoles, 1 de septiembre de 2010

Por una alternativa política que nazca desde la ciudadanía


“Para que otro mundo y otra Europa sean efectivamente posibles, otra izquierda es necesaria, más allá de los fracasos de las socialdemocracias convertidas a la Tercera Vía y de la ruina de los partidos estalinistas que ligaron su suerte al despotismo burocrático. Esta cuestión empieza a estar planteada. Para ser resuelta, exige que emerjan a través de un nuevo ciclo de luchas y de experiencias, las bases de una alternativa social y que renazca el debate sobre las estrategias de transformación social.”

Cambiar el mundo. Daniel Bensaïd. 2004

El panorama que vemos ahí fuera cuando uno hace una lectura mínimamente crítica de la prensa nacional o autonómica (no digamos ya la internacional) o simplemente observa las políticas desarrolladas por los que actualmente dirigen la tramoya, es desolador. La aparente incapacidad de los gobiernos actuales para resolver la crisis económica que nos azota y la incompetencia manifiesta de la oposición para proponer alternativas viables, más allá de un recorte de los derechos sociales nos lleva a ser pesimistas en grado sumo respecto de la salida de la crisis.

Hagamos un breve recuento de la situación. Una tasa de paro inadmisible, un elevado número de gentes que viven por debajo del umbral de la pobreza, el avance inexorable de las desigualdades, el deterioro del patrimonio medioambiental, la privatización lenta pero continúa de los servicios públicos esenciales, los interminables casos de corrupción que afectan a todos los partidos políticos sin exceptuar ninguno…

Todos estos hechos, inventariados en los diferentes estudios del CIS, de Transparencia Internacional, a través del Barómetro Global de la Corrupción y a través de otras publicaciones de tendencias sociológicas, han contribuido de forma fundamental en la expansión del llamado desafecto de la ciudadanía en el actual sistema político. Desafecto que lleva mucho tiempo materializándose en una elevada cifra de abstención en las citas electorales, (sobre todo las autonómicas y no digamos ya las que tienen que ver con Europa) y en la escasa popularidad de los prebostes de la vida política actual entre el colectivo de electores, tanto en los que están al frente del ejecutivo como aquellos otros que se dedican a hacer oposición.

¿Se puede esperar algo nuevo de este sistema político bipartidista, consagrado en las últimas elecciones generales pero que ha existido siempre de facto, gracias a un sistema electoral, cuando menos, mejorable, pero que ningún partido tiene la valentía política de reformar en aras de la democracia? ¿Puede darse una respuesta efectiva a la crisis económica, social y ambiental en la que estamos inmersos? ¿Existe alguna diferencia entre las propuestas que provienen de la derecha y las propuestas de una sedicente izquierda que ha tomado decisiones tan conservadoras como una reforma laboral profundamente regresiva, una bajada de salarios a los empleados públicos, los recortes a la financiación de las universidades y a la investigación, la congelación de las pensiones y la liquidación de las cajas de ahorro en beneficio de las grandes corporaciones bancarias? ¿Se puede esperar alguna iniciativa novedosa desde los nacionalismos llamados periféricos, más allá de anteponer el “bienestar” de su comunidad a cambio de ofrecerse como llave para la gobernabilidad (Una tercera vía interesada)?

Si nos desprendemos de determinadas afiliaciones partidistas, si nos desligamos de las influencias mediáticas, si tratamos de partir desde el centro, que es desde donde se ganan las elecciones, las respuestas a estas preguntas no puede ser más que negativas.

Por tanto, la reacción a esta triple crisis y otras “enfermedades” del sistema democrático actual no pueden encontrarse dentro de la actual esfera política. Una esfera configurada alrededor de una partitocracia que es la que marca la agenda política y que en muchas ocasiones está lastrada por una red clientelar que es la que financia sus actividades a cambio de determinados favores, convenientemente justificados con las dosis de retórica y dialéctica necesarias (auténtico germen de la corrupción).

La última evidencia a este respecto ha sido las declaraciones de David Taguas, presidente de SEOPAN (eufemísticamente conocido como el observatorio del sector de la construcción) advirtiendo de la inoportunidad del recorte en infraestructuras (Efectos del recorte en infraestructuras. El País. 08.08.10). El anuncio, casi acto seguido, del ministro de fomento de que el recorte en la obra pública propuesto por su propio ministerio puede ser excesivo (Blanco admite que el recorte en la obra pública es "excesivo". El País. 11.08.10). El lanzamiento por parte, también del Ministro de Fomento, del globo sonda de que en España es necesario subir los impuestos si se desean unas infraestructuras de calidad, suplantando las funciones de la Ministra de Economía, Elena Salgado (Blanco plantea subir impuestos para homologar la presión fiscal a la UE. El País. 16.08.10). Y la confirmación de que en septiembre se reactivarán obras por valor de 500 millones de € (El Gobierno licitará las obras del plan extraordinario en septiembre. El Mundo. 19.08.10). Demasiadas coincidencias como para no creer en la buena salud del lobby de las constructoras.

Un lobby que incluso ha manifestado su desacuerdo con el programa de reactivación de obras por considerarlo insuficiente (Las constructoras consideran insuficiente el nuevo plan de Fomento. Expansión. 19.08.10) y ha conseguido finalmente que se reactiven más proyectos que los previstos en un principio (Blanco anuncia que la dotación adicional para Fomento se amplía de 500 a 700 millones. Expansion. 26.08.2010)

Creemos en el impulso keynesiano que puede proporcionar la obra pública pero consideramos también que muchas de esas obras son innecesarias y sobre todo se basan en un modelo productivo obsoleto, tantas veces criticado desde las propias instancias oficiales con un discurso retórico, muy poco resolutivo en la adopción de auténticas medidas que apuntalen un verdadero cambio en las bases de la economía del país.

En estos momentos en los que no hay alternativas en el escenario político actual o las que hay son ideas que provienen de una opción política conservadora, se hace necesaria la irrupción de una nueva forma de hacer política, un tipo de política centrada realmente en la gente y con la gente. Un tipo de hacer política innovadora desde la conformación misma del movimiento, plataforma o asociación responsable de la misma. Esta plataforma no debe ser un partido político al uso sino una asociación de diferentes sensibilidades, plural, incluyente y coral, capaz de aglutinar las diferentes visiones de colectivos heterogéneos víctimas de las actuales circunstancias. Una opción política con una amplia base social y ciudadana, sometida a un continuo control de sus acciones por parte de éstos. Un movimiento transparente tanto en sus objetivos como en la procedencia de los recursos económicos con los que cuenta para financiarse.

Creemos que el programa de esta opción política debe configurarse alrededor de tres ejes fundamentales que en la actualidad ningún partido político contempla o lo hace solo de forma residual;

1º- Situar el medio ambiente en el primer plano de sus propuestas. El medio ambiente, el territorio que nos sustenta, es una categoría que escapa a diferenciaciones de izquierdas o derechas. Es una categoría base, central, que afecta por igual a todos y por tanto identificable con gentes de derechas e izquierdas.
2º- Facilitar la participación ciudadana en todos aquellos asuntos que le incumben. La democracia participativa es posible y se debe fomentar. Es preciso abandonar la actual concepción de la democracia donde la participación se reduce a métodos burocráticos propios del siglo pasado y de encontrar nuevas fórmulas de participación efectiva por parte del público.
3º- La defensa de lo público frente a lo privado. Los servicios públicos no son sinónimo de ineficiencias y sin embargo hay servicios que solo un ente público puede ofrecer con equidad e igualdad. Resolver la actual situación como propone la ideología capitalista-neoliberal y todo el entramado de actores que la secundan, ha demostrado ser errónea y esta triple crisis global es la confirmación.

Ya hay opciones políticas trabajando en este sentido de forma destacada. En Tenerife “Alternativa sí se puede” nace en 2007 y en un tiempo record logró configurar una opción política para las últimas elecciones autonómicas celebradas ese mismo año. Una opción política de clara raigambre social compuesta, precisamente, por un heterogéneo colectivo de movimientos que se conformaron alrededor de la asociación Asamblea por Tenerife. Una asociación que comenzó su andadura oficialmente en el año 2004 a partir de la unión de colectivos afectados por un modelo de desarrollo con escasa o nula sensibilidad medioambiental y un modelo político autoritario que, lejos de fomentar la participación ciudadana, la disuadía y la continúa disuadiendo. Sus resultados electorales fueron modestos pero a tener en cuenta puesto que consiguieron representación en algunos municipios. Será una apuesta política interesante para las próximas autonómicas.

Por eso no podemos más que aplaudir la iniciativa que el ex - director de Greenpeace en España Juan López de Uralde pretende sacar adelante a partir, previsiblemente, de este mes de septiembre. (Los ecologistas ultiman el salto sin red a la política. El País. 15.08.2010)

Al igual que Juan López, creemos que en España hay hueco para la irrupción de un movimiento socio-político verde, con un componente de izquierdas y con una amplia base social y ciudadana de colectivos que suponga una alternativa a la monocolor escena política actual en España. Otra cuestión, a partir de los resultados obtenidos en una hipotética presentación a los comicios autonómicos o generales, será cómo se articulará esta opción política con las actuales formaciones existentes. Se verá, pero lo que sí es seguro es que supondrá un contrapeso importante a un sistema político gris, rutinario y poco resolutivo, tributario de ideas obsoletas. En países como Alemania y Francia una alternativa política de este tipo, aunque de orígenes diferentes, está ya funcionando desde hace mucho tiempo. ¿Por qué no lo puede hacer en España?

El PSOE ha tenido la oportunidad de recoger esas sensibilidades, como formación de izquierdas que debe ser crítico con un sistema como el capitalista y no lo ha hecho. Decía Cécile Duflot, secretaria nacional de los Verdes franceses el pasado 03.10.2009 que:

"El socialismo es un proyecto del siglo pasado, basado en el crecimiento y en la ideología. Y esa idea del crecimiento no sirve para un planeta con los recursos limitados. Los socialistas ven a los ecologistas como a un niño pequeño. Pero el niño ya ha crecido: mide más de 1,80 y no hay que tratarlo con ese paternalismo".
"El socialismo es del siglo pasado; el ecologismo ya está maduro". El País. 03.10.2009
Declaraciones que vienen a significar que el abandono de estas sensibilidades tendrá un coste y creemos que importante, para el tipo de izquierda actual que gobierna en España.

Foto 1: Manifestación en Tenerife contra el desarrollo de infraestructuras
Foto 2: Cartel manifestación contra la descatalogación de los sebadales en Tenerife
Foto 3: Graffiti en la playa de la Tejita
Foto 4: Logo Alternativa Sí se puede

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión pero considero que lo que planteas en el artículo ya lo ofrecen, con mayor o menor medida los partidos políticos actuales. ¿No ofrece Izquierda Unida un proyecto como el que planteas? ¿No se está introduciendo, aunque de forma muy incipiente aún, la causa ecologista en el PSOE o el PP?. Y por otro lado, ¿Qué capacidad de llegada al gran público tienen partidos políticos tan pequeños como el que nombras en tu artículo?Aunque se trata de un artículo con buenas intenciones, soy escéptico respecto a que este tipo de opciones políticas logren hacerse un hueco en la escena política actual.

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  2. Gracias por tu comentario Andrés.
    Creo que en España hay un electorado huérfano de una opción política que haga una apuesta decidida y de compromiso por el ecologismo y el pacifismo. Los grandes partidos políticos que dominan la vida política en Canarias y más en general en España, incorporan, a mi juicio, solo de forma cosmética políticas orientadas en este sentido. Por otro lado, lo que se defiende en este artículo de forma modesta, es la necesidad de que la propia ciudadanía impulse un proyecto político centrado en los tres ejes mencionados. Sería un proyecto vertebrado de "abajo-arriba" donde la ciudadanía haría uso de su propia condición de Ciudadano marcando la agenda en función de sus necesidades. En la actualidad es el aparato del partido quien determina el programa político, los candidatos, las estrategias, etc. La partitocracia imperante determina un eje de influencia de "arriba-abajo" y el ciudadano como tal desaparece. Discrepo de que los partidos mayoritarios actuales trabajen de aquella manera. Creo que esta forma de trabajar, de abajo-arriba y potenciando la condición de ciudadanía contribuirá a llegar al gran público en un proyecto a medio plazo que debe partir desde lo local hasta lo más global.

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