domingo, 5 de diciembre de 2010

El espectáculo de las infraestructuras


¿Cree usted que existe el necesario consenso ciudadano para imponer la infraestructura viaria que plantean?
» El mismo que en la mayoría de las decisiones políticas que diariamente hay que tomar. Es el esquema de funcionamiento de la democracia representativa. Diseñamos un programa electoral en el que incluimos estas propuestas, y las urnas nos avalan ese consenso previo…


El 23 de abril de 2008, el Cabildo de Tenerife, anunció la posibilidad de horadar la dorsal de Pedro Gil mediante un túnel de 17,5 km que permitiría conectar Güimar con el municipio de La Orotava. Según el responsable del Cabildo, con esta infraestructura los ciudadanos tendrían la posibilidad de pasar de la Orotava a Güimar en 5 minutos por medio de un tren sin conductor y por el módico precio de 500 millones de €. (Un túnel recorrerá 17,5 kilómetros entre La Orotava y Güímar dentro de 9 años. La Opnión. 23.04.2008)

Fue el inicio de la política de infraestructuras del espectáculo patrocinada por el Cabildo. Una política que prima lo más grande, lo más rápido y lo más caro en lo relativo a la movilidad en Tenerife. Definitivamente las instituciones políticas de la isla han dejado cualquier síntoma de cordura y se han abandonado a una locura de propuestas sobre movilidad que distan mucho de resolver los problemas de accesibilidad que tiene Tenerife. Lo que se consigue por el contrario es incrementar los impactos sobre el territorio, el gasto energético y económico, además de reforzar las emisiones profundizando en eso que Alfonso Sanz llama la hipermovilidad:

"La hipermovilidad es el exceso de la actividad humana vinculada al transporte; una hipertrofia que se hace patología en lo económico, lo social y lo ambiental. Demasiados recursos y energía puestos al servicio de una actividad que acumula en exceso residuos e impactos; que demanda insaciablemente inversiones económicas públicas y privadas a costa de otras necesidades sociales" (Hipermovilidad. Síntomas, reacciones y alternativas. Alfonso Sanz. 29.01.2009) 

Es cierto que nos movemos, en Tenerife se realizan 2,4 millones de desplazamientos diarios según el Plan Territorial Especial de Ordenación del Transporte en Tenerife (PTEOTT). La pregunta es hacia dónde y cómo nos movemos. A estas preguntas responde claramente la última ocurrencia del Cabildo que apuntala esa política del espectáculo en las infraestructuras; el Transrapid. Un modelo de tren que se mueve por levitación magnética sobre una viga sujeta por pilares y que permite alcanzar una velocidad de unos 400 km/h. El coste, nada menos que 3.000 millones de €.

Los promotores de esta idea vuelven a caer en los errores clásicos promocionando una infraestructura sobrevalorando sus supuestas ventajas, subvalorando los costes y dejando a un lado las consecuencias negativas en el ámbito social y ambiental. Todo ello convenientemente aderezado con las referencias pertinentes al dogma del progreso económico como meta última a alcanzar. Después de la política de lo colosal en la arquitectura con sus edificios estrella, la desmesura en el urbanismo con sus kilométricas playas y la bulimia constructiva, ha llegado el espectáculo en las infraestructuras. Las tres, características de esta miserable época de la desproporción y la desregulación que ha culminado con la actual crisis. Por lo que se ve, en Canarias no estamos decididos a abandonar ninguna de estas tres presuntas fuentes de progreso.

Entre el débil argumentarlo utilizado por el Cabildo para justificar el proyecto ferroviario (sea por medio de un tren de velocidad alta o el transrapid) se ha aportado el razonamiento de que todos los ciudadanos de Tenerife disfruten de igualdad de oportunidades de acceso a un puesto de trabajo, con independencia de donde se ubique su residencia. Una auténtica falacia que el Cabildo ha esgrimido con insistencia. Primero porque en una comunidad con un nivel de paro cercano al 30%, parece evidente trabajar en políticas de creación de empleo estable y de calidad, en lugar de garantizar el acceso de la población que reside en núcleos alejados a un supuesto empleo que no se crea, ni se transforma, sino que se destruye. Y segundo porque desde una perspectiva ambiental, en un territorio disperso como el canario parece más sensato evitar, en lo posible, los desplazamientos creando cercanía. Una política a largo plazo que ya mencionamos en anteriores artículos.

A este respecto son muy ilustrativas las palabras del vicepresidente y consejero insular de Economía y Competitividad del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso. Preguntado por el responsable de este espacio sobre la política de accesibilidad del Cabildo con motivo de una comunicación virtual organizada por el periódico la Opinión, el día 26.11.2010, el consejero respondió lo siguiente:

El Oikos. Sr. Alonso. El actual servicio público de guaguas es flexible porque se adapta a un territorio ocupado de forma dispersa, penetrando casi hasta cualquier rincón de la isla. Podría ser puntual si su trayecto se separara del tráfico privado. Podría ser más rápido si se invirtiera en un incremento de su frecuencia, y es un medio barato porque su renovación exige una inversión asumible y utiliza una infraestructura ya existente. Dígame tres argumentos para justificar una inversión de más de 3.000 M€ en un doble proyecto ferroviario o en el transrapid.

» Primero porque reducirá el uso del vehículo privado, segundo porque hará la isla más sostenible al reducir la huella ecológica, las emisiones de CO2, y tercero, quizás lo más importante, porque hará de la isla una isla metropolitana, con igual de oportunidades para todos con independencia de donde viva uno o donde trabaje

Los argumentos que nos proporciona el Sr. Alonso muestran que o bien tiene un total desconocimiento de la dimensión del proyecto ferroviario propuesto, o bien miente descaradamente. Pero sobre todo muestra la total ausencia de la variable medio ambiente en sus planes. Ante otra pregunta del responsable de este espacio el Sr. Alonso vuelve hacer alarde de un discurso falto de contenido:

El Oikos. Buenas. Después de la política de lo colosal en la arquitectura y el urbanismo ahora llega la política del espectáculo en las infraestructuras. Con esta política ¿No cree que se profundiza en el deterioro del territorio en lugar de resolver el problema de la accesibilidad Sr. Alonso?

» Grandes retos exigen grandes respuestas, y no me refiero a los tamaños, o espectacularidad de las infraestructuras. Lo que nos hemos preguntado, es cómo resolver ese problema de accesibilidad, y justo eso nos ha llevado a la elección de medios menos colapsables, menos invasivos territorialmente, y más sostenibles medioambientalmente. Con la presión demográfica que tenemos en la isla, la libertad de elección de lugar de trabajo y de residencia, con las necesidades de sostenimiento de los espacios rurales y sus actividades, con las necesidades de acceso de las grandes áreas metropolitanas, con la dispersión de los polos turísticos, y con la geografía de este territorio ¿conoce ud. otra alternativa mejor a la propuesta?

¿Tamaño, espectacularidad de las propuestas? Sr. Alonso, insisto ¿Conoce usted la dimensión del transrapid o del tren de velocidad alta? Parece que estamos hablando de proyectos diferentes. ¿Otras propuestas? Las hay y además más baratas, verdaderamente menos invasivas territorialmente y por supuesto más sostenibles. Modestamente le remito al artículo publicado en este mismo blog y titulado Un decálogo a favor de la movilidad

Sr. Alonso, permítame recomendarle también un texto interesante que todo buen técnico o gestor debería conocer si se tiene que enfrentar a la construcción de una gran infraestructura. Ese texto se titula Hipermovilidad. Síntomas, reacciones y alternativas. Alfonso Sanz. 29.01.2009 y termina con el siguiente comentario:

"Hipermovilidad, megaproyectos, hipermotorización o hipervelocidad no son más que expresiones de la hipervaloración o sobrevaloración (Soria y Puig, 1988) de la movilidad, una construcción cultural e ideológica que se remonta especialmente a los dos últimos siglos en los que la fe en el progreso ha estado asociada estrechamente al despliegue de los medios e infraestructuras para el desplazamiento de personas y mercancías. Cuestionar la hipermovilidad conduce así a una reflexión más de fondo sobre las ideas que la estimulan y, en particular, sobre ideas como las de desarrollo, crecimiento y progreso"

¿Contribuimos al progreso de Tenerife con una infraestructura de este tipo? Lo dudo mucho. ¿Por qué imponer un costoso proyecto ferroviario frente a la opción mucho más barata de apostar por una recuperación de TITSA? Realmente, de espectáculo.

Foto 1: Detalle del Transrapid. En www.tmk-kaseel.de
Foto 2: Itinerario de una propuesta de ferrocarril circular. En http://www.tgtfe.es

Un comentario de última hora (28.12.2010)

Buceando por la red encontré hace muy poco este artículo en la web Tamaimos sobre el tema del Transrapid (Transrapid (II): Alemania se da prisa). Un artículo doble muy bien argumentado y que muestra las verdaderas razones que explican el último empeño del Sr. Melchior en introducir el Transrapid en Tenerife.

Esas razones se reducen a una, intereses económicos. Trabajos como el que realizan los responsables de esta web son necesarios y ayudan a desenmascarar muchas decisiones políticas que son vendidas a la opinión pública como necesarias, inapelables y de interés general. Animamos desde aquí a los responsables de la web a que continúen con este interesante y necesario proyecto

6 comentarios:

  1. ¡A esa velocidad se saldrá de la isla!
    ¿Yo me pregunto para qué llegar tan rápido al sur de la isla?

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  2. Gracias por tu comentario

    Muy pertinente tu pregunta, estoy seguro que ninguno de los técnicos del Cabildo se la ha hecho. En Canarias se proponen soluciones antes de diagnosticar los problemas. Se podría escribir un artículo entero sobre la idoneidad de ralentizar los movimientos en un territorio limitado.

    Tenerife es una isla que se puede recorrer de norte a sur en poco más de hora y media. Un tiempo más que adecuado. No estamos en China, India o en Rusia. Eso hace más disparatada la propuesta del tren bala.

    En realidad no es necesario llegar en 30 minutos. Reducir los tiempos implica mayor velocidad que a su vez requiere tecnología. La inversión en tecnología en ocasiones, como las infraestructuras del transporte, requiere gasto económico y el gasto económico genera comisiones y contratación de agentes económicos de la cuerda del que realiza las adjudicaciones.

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  3. Ellos tienen el dinero, y sino lo tienen seguro que se lo da Fomento o el gobierno alemán. No sé como lo habrán hecho para endosar un tipo de tren del que solo hay una línea comercial en todo el mundo. Quizás Melchior vendió al gobierno alemán una rebaja en el precio de los billetes a Tenerife para todos los turistas alemanes.

    El comentario del consejero con el que abres el artículo es muy clarificador. Se creen que por tener los votos pueden hacer y deshacer lo que les plazca. En Canarias hace mucho tiempo que tenemos una democracia de mentirijillas

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  4. Gracias por tu comentario

    Cierto. El comentario del Sr. Alonso es representativo. Es el problema que hay con esta partitocracia. Ganar unas elecciones no significa que el partido gobernante tenga un cheque en blanco para llevar a cabo lo que se le antoje. La verdadera Democracia está basada en el consenso, en proporcionar la opción de participar a la ciudadanía y sobre todo en facilitar el debate y las opciones diferentes para llegar a una decisión óptima. Ninguna de estas cuestiones funciona en la actual democracia dominada por los partidos políticos.

    La participación se reduce a engorrosos trámites burocráticos que la disuaden. En la entrevista, Carlos Alonso indica que se está intentando incrementar el consenso sobre la infraestructura. Es un argumento falso. Lo que se debate es qué tipo de tren se adapta mejor al caso de Tenerife o las zonas por donde debe pasar el trazado. Ni una palabra sobre un verdadero debate para solucionar el problema de la accesibilidad en Tenerife a través de carriles bus, discriminación del automóvil, impulso de la guagua....

    Lo dicho no hay debate y sí mucha demagogia por parte del Cabildo.

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  5. En Canarias hay dos islas colapsadas. Una es Lanzarote y la otra Tenerife. Impulsar el tren es necesario, de lo contrario va a llegar un momento en que no nos vamos a poder mover. Si al tren en Tenerife!!!!

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  6. Sí a un tren convencional que utilice la infraestructura existente (TF-1 y TF-5) y que elimine un carril al automóvil privado. Sí a un tren enmarcado en una política integral de apoyo al transporte público donde se impulse una moratoria en la construcción de infraestructuras destinadas al automóvil privado. Sí a un tren que favorezca la conectividad con líneas de guaguas en los puntos donde se planifique sus paradas.

    No a un tren paralelo a las autopistas actuales. No a un tren que genere más impacto en el territorio mediante la construcción de túneles y la expropiación de terrenos. No a un proyecto ferroviario simultáneo a la construcción del anillo insular, vía litoral, vía de cornisa y tantos otros viarios destinados a acondicionar un parque de automóviles sin coto a su crecimiento. Y por supuesto no a este caro capricho del Sr. Melchior y el Sr. Alonso.

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