martes, 28 de diciembre de 2010

Serie Negra: Las licencias urbanísticas

  
"La corrupción es insidiosa. Hace a la gente perder la fe"
La crisis eleva la corrupción en todo el mundo, según Transparencia Internacional 

Alfredo Fuensanto atravesó el pasillo de la promotora Punta Gorda que servía de antesala al despacho del constructor. Desoyó la advertencia de su secretaria, que perdiendo sus habituales maneras de señora bien, vociferaba tras él que debía solicitar cita para ver al Sr. Armando Perpiñán.

Perpiñán estaba sentado tras una gran mesa de cristal gris pulido, resolviendo los papeles de la mañana; firmas, pagos, informes…
- ¡La avaricia rompe el saco, sabes...!
- Está bien Yolanda, esperaba al señor concejal, puede retirarse. Interumpió Perpiñán.
- ...El pleno del ayuntamiento modificó el plan parcial para que pudieras desarrollar la segunda fase de tus viviendas con mi apoyo. Era mi nombre el que figuraba en el acta del pleno no el tuyo. Fuensanto aporreaba la mesa de Perpiñán con el dedo.

Perpiñán sacó un puro de su caja con delicadeza. Con un corte seco guillotinó su extremo inferior y lo colocó horizontalmente a una distancia de medio centímetro por encima de la llama. Sin poner el puro en su boca, lo giró en su totalidad formando un anillo de brasa, acto seguido lo sopló suavemente.
-¿Sabe que el encendido del puro es un arte de precisión? Prenderlo a una distancia inferior a medio centímetro y tocando el pie del puro sería fatal, carbonizaría y un sabor a ceniza permanecería durante toda la fumada.
- Me tienen sin cuidado tus rituales. Sabías que las viviendas carecían de evaluación ambiental y que la cédula de edificabilidad hubieran tardado años en concedértela... Fuensanto acompañaba todas sus afirmaciones con golpes de mano en el aire.
Perpiñán sopló suavemente el puro formando un aro de ceniza en el extremo prendido. Acercándose el puro a la boca, efectuó ligeras bocanadas mientras continuaba rotándolo.
- Además es importante que prenda de forma uniforme girándolo continuamente para que el encendido sea homogéneo y evitemos el efecto túnel, que provoca que un lado arda más que el otro.

Fuensanto aflojó su corbata roja de nudo fino. Empezó a recorrer la habitación de un lado a otro con paso largo.
- Yo iré al trullo pero no voy a ir solo, pienso cantar todo a la fiscal anticorrupción, la recalificación de las parcelas, las licencias gratuitas, la implicación de los abogados...ME-DA-IGUAL-LA-PASTA!!!
Las voces de Fuensanto se podían oír desde el despacho de la secretaria.

Perpiñán parecía disfrutar con el momento. Aspiró una suave bocanada y dejó que el humo saliera de su boca. Reclinó su asiento de cuero marrón y como en un acto de profunda introspección comentó:
- Un encendido cuidadoso te sumerje en una gratificante e intensa sensación de placer porque la combustión del blend y de la capa es perfecta. Solo en ese momento se produce una conexión íntima y verdadera con todo lo que nos rodea. - la frente de Fuensanto estaba llena de pequeñas gotas de sudor - Esa era la clase de conexión que usted y yo teníamos, hasta que me demostró que jugaba a dos bandas. Usted lo que quiere es vivir de la renta que le paso todos los meses y además conceder favores a mi competencia. Pero eso se acabó...
Fuensanto sacó una pistola y encañonó al constructor desde el sofá de la habitación. Su tacto frío y distante contrastaba con el calor que empezaba a sentir.
- Esto no va a quedar así...Le temblaba la mano.

Afuera la caravana de vehículos avanzaba en un movimiento denso y con dificultades. Las luces rojas de los faros se extendían sobre el asfalto caldeado de todo el día. El sonido del claxón de los vehículos llegaba a la habitación como un rumor.

La detonación sonó hueca. En un acto reflejo Fuensanto se contrajo y se llevó la mano al estómago, un sabor a ceniza invadió su boca. Por la espalda, Yolanda dio un paso y puso el arma en la cabeza de Fuensanto. Con el segundo estallido un coágulo condensado y apelmazado salpicó la tapicería del sofá blanco.
- Como siempre tan sutil. Perpiñán se levantó y cerró su portátil.
- Yoli querida, llama al chófer y que te ayude a recogerlo todo, ya debe estar en el aparcamiento. Nos vemos en el aeropuerto en una hora.

Foto 1: Lee Marvin en The Killers de Don Siegel (1964). En el blog la fortaleza escondida

5 comentarios:

  1. ¡Qué elemento el constructor! Detrás del puro seguro que esconde grandes tejemanejes para untar a concejales de distinto pelaje

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  2. Pues a mí el personaje que me gusta es la secretaria killer. Silenciosa, leal, hipereficiente. Se ve que tienen una relación larga y seguro que si hablara podría contar muchos secretos entre la política y la empresa. Seguro que encuentra trabajo rápido en caso de que la echen.

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  3. El mejor personaje es el concejal. Incauto pero corrupto. Capaz de vender a quien sea con tal de beneficiarse él mismo. Podría ser un arquetipo de todos esos políticos que se han metido en política para incrementar su patrimonio.

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  4. Interesante manera de hacer critica, la ficción aporta elegancia al tema tratado. Queremos mas!!

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  5. Gracias a todos por los comentarios.

    Lo que trataba con este ejercicio, modestamente, era contar una historia de ficción utilizando algunas claves de la novela negra y de lo que vemos en la prensa a diario. Obviamente extremando los personajes para intentar darles un sentido más literario. No sé si lo he conseguido.

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